Reportaje de Efe resalta la belleza de Santo Domingo

Reportaje de Efe resalta la belleza de Santo Domingo

EFE-REPORTAJES. El hecho de ser la primera ciudad que se levantó en América es motivo suficiente para visitar al menos una vez en la vida el Santo Domingo antiguo, donde algunos de sus más emblemáticos y centenarios monumentos se conservan prácticamente intactos como testigos de una época de conquista y expansión. Además, el año próximo será la Capital Americana de la Cultura.

Su fundación, el 5 de agosto de 1498, correspondió al hermano del descubridor Cristóbal Colón, Bartolomé, quien la estableció en el lado este de la desembocadura del río Ozama; cuatro años más tarde Fray Nicolás de Ovando la edificó en su actual lugar, al oeste de dicho río y  a orillas del mar Caribe.

Españoles, franceses, ingleses y haitianos edificaron y ocuparon en su momento las calles y muros de esta ciudad, donde todo es primero, tal y como desde hace mucho tiempo se promociona a la Ciudad Colonial de la capital dominicana, declarada por la UNESCO “Patrimonio Mundial de la Humanidad”.

Aquí está la primera Catedral, universidad, hospital, parque, ayuntamiento, y el primer Alcázar de América, bellísima casa que mandó construir el virrey Diego Colón, hijo de Cristóbal Colón.

Esta estratégica vivienda se encuentra al final de la calle Las Damas, llamada así por el recorrido que cada tarde hacía la esposa del Virrey, María de Toledo, acompañada por las  damas de su cortejo, justo por encima de la que fuera la puerta de entrada a la amurallada ciudad. Allí se puede disfrutar de la amplísima Plaza de España, donde la brisa fresca y la vista al plácido río ofrecen un deleite verdaderamente encantador. En el centro de la plaza está la estatua de Ovando, el implacable conquistador, constructor de la ciudad y aniquilador del pueblo indígena, quien además prohibió al mismísimo “Almirante de la mar Océana” tocar tierra en su último viaje a la isla.

En la calle Las Damas se encuentran también las Casas Reales, hoy museo,  y la Casa de los Jesuitas, actualmente  convertida en Panteón Nacional, descanso eterno de héroes como el general Gregorio Luperón, espada principal de la Restauración, en cuya bóveda mayor se aprecia un fresco al óleo del madrileño Rafael Pellicer.

La vía acoge la Torre del Homenaje, primera cárcel del continente,  que cumplió su función hasta épocas recientes. La Casa del Cordón y la Casa de Bastidas, con un interminable patio español, engalanan esta adoquinada calle. El propio hogar de Ovando, hoy convertido en un hotel, es una de las construcciones mejor cuidadas. Otra importante edificación es la Casa de Hernán Cortés, ahora embajada de Francia, y desde donde, según cuenta la historia, se planificó la colonización de México. Pero aquí también residieron otros conquistadores y exploradores como Francisco Pizarro, Vasco Núñez de Balboa y Ponce de León.

Un lugar de poetas y bohemios.  Un punto neurálgico de la ciudad es la calle del Conde,  única peatonal de toda la zona, por donde pululan bohemios, poetas y artistas. Al final de su trazado están el Parque Independencia, la Puerta del Conde, donde se enarboló por primera vez la bandera dominicana (1844), y la tumba de los tres padres de la Patria, que durante muchos años estuvo en la Puerta del Conde.

Zoom

El Conde

La angosta calle atraviesa de este a oeste la Ciudad Colonial, repleta de cafetines, tiendas de todo tipo, bisuterías, salones de belleza y oficinas, y en su comienzo ofrece una hilera de cafés y pequeños restaurantes, en el que habituales y turistas se reúnen a conversar provistos de sandwiches y platillos de comida exótica y local.

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