Tras tomar altura con la apertura de cielos, la aeronáutica dominicana no logra un buen aterrizaje, imposibilitada por densos nubarrones formados por la ausencia de una sana competencia, de una estrategia articulada entre los sectores público y privado que intervienen en la navegación aérea, la que, en vez de retranca, deberá optimizar su eficiencia, constituirse en poderosa aliada de la industria turística y del sector exportador.
El desarrollo del mercado aéreo demanda políticas dirigidas a elevar la calidad y bajar los costos del servicio de pasajeros y de carga, altamente costoso y deficitario, remover distorsiones, evitar imprevistos y prácticas monopólicas.
Y ante todo, simplificar el sistema tributario, reducir la fuerte carga impositiva que abulta los presupuestos de viajes empresariales y de particulares. Descontinuar la búsqueda irracional de recursos al fisco sin considerar su impacto en la aeronáutica y el turismo.
Prioridad. Expertos estiman de alta prioridad que el Estado impulse con firme determinación el desarrollo de la industria aérea dominicana, como factor de equilibrio, con incentivos que atraigan la inversión privada.
Crear una aerolínea competitiva que garantice la conectividad con el exterior, sobre todo en momentos de turbulencias, como el vacío dejado por Iberia y American Airlines al retirarse, justo al mismo tiempo, abril de 2013, desestabilizando el mercado.
Lograr la eficiencia, ¿por qué no?, aprovechando las lecciones de frustrantes experiencias del pasado.
Tal propósito, al parecer impostergable, renovaría las esperanzas surgidas cuando tras 14 años de impedimento, República Dominicana recuperó la Categoría Uno en julio de 2007, permitiéndose nuevamente que las aeronaves de matrícula nacional volvieran a operar comercialmente hacia los Estados Unidos.
El país posee un buen potencial que con asesoría extranjera podría explotar. Posee una excelente infraestructura aeroportuaria que conllevó inversiones millonarias, un prometedor mercado en la diáspora dominicana, en el turismo y el transporte de carga.
Se podría conquistar viajeros entre más de un millón de dominicanos radicados en el exterior y miles de residentes que han aumentado sus viajes de paseo y negocio al exterior.
Un gran mercado actualmente aprovechado por aerolíneas extranjeras.
Al momento no existe un proyecto que con decidido y persistente esfuerzo persiga desarrollar la aeronáutica dominicana. Una opción son las low cost, compañías regidas por los esquemas de aerolíneas de bajo costo, sustentadas en la eficiencia, que aprovechan las ventajas del diseño moderno de aerobuses de menor consumo.
Estas líneas, que revolucionan el mercado aéreo internacional, siguen directrices orientadas a mantener costos de explotación en niveles mínimos que, sin menoscabo de la rentabilidad, permitan tarifas económicas que capten mayor número de clientes.
El Gobierno debía impulsar su desarrollo, incentivar la inversión privada inclusive en vuelos internos. Un negocio rentable, si se maneja con criterio comercial, competividad y transparencia, sin politización ni corrupción, para ganar así rentabilidad y estabilidad.
Una meta común. La estrategia a seguir, que no debe estar al margen de Impuestos Internos, debería orientarse hacia metas comunes. Que las instituciones del Estado, la aviación comercial y la industria turística tomen una ruta ascendente hacia la meta de diez millones de visitantes extranjeros en el próximo decenio, lo que derivaría en una mayor rentabilidad empresarial.
Lograrlo coloca al país frente a importantes retos, que han sido identificados por la Junta de Aviación Civil (JAC):
__Coordinación de políticas insterinstitucionales de los sectores oficial y privado, una mayor competitividad del sector aéreo nacional.
__Revisión de los gravámenes y un mayor aprovechamiento de los acuerdos de servicios aéreos.
La coordinación interinstitucional es indispensable. Sin ella no bastaría ampliar la infraestructura hotelera, invertir en campañas de promoción del país como destino turístico.
Proseguir apertura. Será preciso proseguir la apertura de cielos, el acceso a nuevos mercados y fortalecimiento de los existentes, abrir brechas en América del Norte y del Sur, Europa, Asia, Medio Oriente y África.
Urge evitar turbulencias como las de abril y mayo, tener mayor diversidad de opciones para que el mercado opere sin distorsiones, propiciando una sana competencia que tienda a un descenso de las tarifas, en beneficio del usuario, el turismo y las exportaciones.
La situación es compleja. Con la apertura se liberalizan las frecuencias, las tarifas se rigen por oferta y demanda y, al no tener controles, suben los precios. Pero la regulación tampoco procede. Si se controlan como antes, que no se permitía la libertad de frecuencia, se constriñe la oferta, habría pocos mercados.
Se requieren aerolíneas que compitan en igualdad de condiciones, con costos operacionales más o menos similares. Así podrán coexistir, sin estrategias para desplazarse unas a otras.
La desigualdad se evidenció en un caso reciente. Amparada en la eficiencia, en aeronaves de menor consumo de avtur, JetBlue operaba con tarifas más bajas que American Airlines, incrementadas al desplazar la competencia.
Agencias de viaje
La venta de boletos en agencias de viajes mermó este año en un 35% tras el alza de precios, afirman representantes del sector, quienes observan que el mayor flujo de pasajeros en los últimos años no se ha reflejado en un aumento de la rentabilidad de esas empresas.
Sostienen que numerosas agencias de viajes desaparecieron del mercado por problemas de rentabilidad, al incrementarse sus costos operativos y ser reducido paulatinamente el incentivo que recibían por la venta de boletos, por lo que tuvieron que crear un cargo por servicio al pasajero. El primer desmonte fue de 10% a 6%, prosiguió hasta llevarlo hace dos años al 1%, permitiéndole el Estado a JetBlue establecerse con 0 comisión.
JetBlue -dicen- impulsó la 0 comisión entre otras aerolíneas que nos pagaban por nuestros servicios. Si vendíamos un boleto teníamos una comisión, si no vendíamos no pagaban, ahora aunque vendamos no recibimos prácticamente nada.
Diez años atrás indican- había poco más de mil agencias de viaje, y como el negocio ya no era rentable, muchas dejaron de operar. Las autorizadas por la IATA eran unas 300 hace cinco años, y apenas quedan de 130 a 160.
Las que sobreviven buscan alternativas. Afirman que ahorran miles de pesos a los clientes, que para encontrar una tarifa más económica la clave es ser más flexible en horarios, días, rutas y aerolíneas.
ZOOM
La historia aérea del último medio siglo registra el desplazamiento de unas líneas a otras. Bajan precios, ofrecen mejores condiciones hasta posicionarse y lograr la primacía. Operadores recuerdan el caso de Eastern Airlines, no resistió la competencia de la gigante que decenios atrás llegó para convertirse en reina de los cielos dominicanos, la flamante American Airlines, destronada por una low cost, JetBlue.
El tipo de aerobús que usaba American no podía competir con los de JetBlue, dotada de una flota de última generación, con un consumo de avtur optimizado.
En aviones modernos, diseñados desde los 90, el consumo de avtur es mínimo, también el tiempo de atención en tierra: descarga de pasajeros, limpieza del avión y preparación para el regreso. Los antiguos tienen mayor costo de operación, por eso JetBlue le gana mercado a American, que se retira con los aviones llenos, 85% de ocupación. No podía competir con una línea joven, con aerobuses modernos y tripulación más económica, por ejemplo, los mismos tripulantes de cabina limpian el avión. Un vuelo de JetBlue, con la mitad de pasajeros es más rentable que uno lleno de American, que además tuvo problemas con los sindicatos. De última generación son también los aerobuses que vienen de Europa, salvo Iberia, que tampoco se renovó.
Las claves
1. Tendencia mundial
Las autoridades dominicanas deberán centrar la atención no solo en la problemática actual, bastante álgida por los precios astronómicos, sino también vislumbrar el futuro a través de las tendencias en la aviación internacional inmersa en una competencia feroz. Expertos recomiendan prepararse para lo que sucederá cuando solo sean cuatro grupos los que dominen la aeronáutica mundial, hay tres y uno en formación. American e Iberia se unieron a British en un acuerdo que pone en marcha códigos compartidos, la explotación de rutas transatlánticas que generarían 7,000 millones de euros.
2. Consolidación
Tras tambalearse con el alza petrolera de 2008 y otros desajustes, la aeronáutica mundial se consolida, tiende a aumentar su rentabilidad. Sus ganancias, con un tope de 5%, bastante alto para ventas en miles de millones, tuvieron un buen average en 2012 al promediar un 3%.
3. Un alerta
El ritmo expansivo del flujo de pasajeros ha sido inferior al esperado. Una clara señal que no debe subestimarse. Un alerta para actuar a tiempo y evitar que prosiga el declive evidenciado con una reducción en la llegada de pasajeros dominicanos no residentes en enero-junio de 2013 respecto a 2012, y un incremento por debajo de lo proyectado en visitantes extranjeros, impactados por el alza de precios y la crisis económica.