En la búsqueda incesante de recursos para atender la demanda de servicios a personas ciegas, el Patronato Nacional de Ciegos ha tocado muchas puertas, de funcionarios, empresarios, políticos, filántropos y buenos samaritanos. Algunas no abren. Simplemente no se molestan en contestar. Otros prometen y no ayudan, y muy pocos, contados con los dedos de las manos, atienden tímidamente.
Sin embargo, en el Patronato no pierden la esperanza. Perseveran. Esta vez, agobiados por las precariedades económicas de la institución, tocaron las puertas de los legisladores, senadores y diputados, hombres y mujeres elegidos por el pueblo, gente que dicen tener un espíritu solidario, funcionarios que cada año maneja, de manera individual, un barrilito repleto de billetes que reparten a comensales y addáteres.
La solicitud de ayuda para los ciegos hecha individualmente a cada uno de los legisladores, de todos los partidos, fue decepcionante. Apenas 36 se molestaron en responder, la mayoría con evasivas y promesas. El resto no dijo ni esta boca es mía. Algunos aportan pequeñas cantidades.
Con los gobiernos municipales se repite la historia de tacañería. Con la excepción de uno o dos síndicos, los ayuntamientos tampoco cooperan para proporcionar los servicios de rehabilitación integral a hombres y mujeres ciegos o con discapacidad visual, algunos de sus respectivas comunidades.
Cuestiones tan simples no son atendidas por los síndicos cuando se le solicita. Es el caso de una vieja solicitud hecha al síndico del Distrito Nacional, Esmerito Salcedo Gavilán, para instalar un semáforo de la calle Correa y Cidrón esquina Huáscar Tejada, donde han ocurrido numerosos accidentes automovilísticos. En esa zona se movilizan diariamente decenas de ciegos que asisten al Patronato en busca de los servicios de rehabilitación funcional o profesional que le permita integrarse al proceso productivo del país.
La mezquindad incluye a instituciones como la secretaría de Educación. El Patronato ha insistido ante el titular de la cartera, Melanio Paredes, para que sea nombrados profesores rehabilitadores. Un montón de comunicaciones dirigidas a éste y otros funcionarios que han ocupado la posición han sido archivadas. Educar y reeducar a personas discapacitadas, en este caso los ciegos, es responsabilidad de esa institución gubernamental.
Las autoridades de la secretaría de Salud Pública, institución responsable ante la sociedad dominicana de ofrecer servicios a la población que padece de ceguera o problemas visuales, han asumido una actitud apática ante los reclamos de colaboración para que sean nombrados médicos oftalmólogos en las provincias del país para abaratar las cirugías que requieren personas que padecen de ceguera.
El ejemplo que ilustra el problema de falta de especialistas para realizar cirugías es lastimoso: En la región este del país hay un solo oftalmólogo para atender la demanda de la población de personas ciegas. Alrededor de 330 cirugías se realizan al año. El costo varía entre RD$6,000.00 RD11,000.00 pesos. Con la mediación del Patronato, los costos se abaratan.
Cuando las precariedades aprietan, los recursos languidecen y no se abren las puertas que se tocan en busca de ayuda, aflora un refrán popular: No hay peor ciego que el que no quiere ver. No es autoría de la arquitecta Josefina Morfa de Kotun, presidenta del Patronato Nacional de Ciegos. Pero ella, quizás un poco angustiada, pero sin rabia ni frustración, repite el dicho popular agudo y sentencioso que suele contener un consejo o una moraleja.
Saturado de necesidades
El Patronato Nacional de Ciegos, institución sin fines de lucro fundada en 1964, funciona con muchas precariedades. La sede principal funciona en Santo Domingo. Otras diez filiales establecidas operan en Bonao, La Vega, San Cristóbal, Barahona, San Pedro de Macorís, Hato Mayor, El Seibo, La Romana y próximamente en Higüey.
Los recursos que recibe apenas alcanzar para manterse a flote y pagar la empleomanía, que suman 70 en la actualidad, 14 de ellos profesores rehabilitadores.
Orienta y proporciona servicios de manera gratuita y comunitaria a personas ciegas y con limitaciones visuales, beneficiando principalmente a hombres, mujeres y niños que viven en la extrema pobreza.
Con una subvención mensual de 583,000 pesos que recibe del Gobierno, el Patronato de Ciegos se mantiene precariamente. Hacemos malabares, vivimos pidiéndole a la gente, a las instituciones, haciendo actividades para recaudar fondos. Y ocasionalmente recibimos colaboraciones de personas que lo hacen desinteresadamente. Según la presidenta de la entidad, en los últimos diez años, el Estado apenas ha hecho dos aumentos a la subvención.
El Gobierno nos audita periódicamente. Todos los gastos deben estar justificados. Eso nos satisface mucho, porque nos gustaría que ellos se contagian con nosotros en la transparencia.
Ciegos productivos
Una vez rehabilitados, las personas ciegas se incorporan al proceso productivo. Las técnicas se enseñan son: Rehabilitación funcional, que incluye la actividad de la vida diaria. Incluye el aprendizaje de comer utilizando los diferentes cubiertos, cocinar, bañarse, arreglar la casa, organizar su ropa, lavar, coser, contar dinero y otras labores de rutina.
Orientación y movilidad
Esta segunda técnica enseña a los ciegos a cómo caminar en sus viviendas, en el sector y la ciudad donde viven, cómo cruzar las calles, tomar autobuses y otras habilidades elementales. También aprenden lectura y escritura Braille y Abacco.
Aprestamiento laboral
Con esta técnica las personas ciegas aprenden a desarrollar sus destrezas manuales y hacer labores tales como manualidades, artesanía, confección de paños de cocina, bordados, entre otras.
La rehabilitación profesional les permite capacitarse para desempeñar labores como manejo de centrales telefónicas y equipos de oficina, tareas rutinarias de zonas franca y en pequeños negocios: colmados y paleteras, venta.
Recomendaciones para tratar personas ciegas
*El bastón en la persona ciega es signo de libertad, no de limitación.
*Si conduces y ves a una persona ciega, cédele el paso.
*Al encontrar una persona ciega, identifícate primero, jamás lo toques antes.
*Nunca le digas a una persona ciega más allá, más acá. Es preferible decirle a tu derecha, a tu izquierda, adelante.
*Si ves a una persona ciega parada en una esquina o cualquier lugar, ofrécele tu ayuda, oriéntale.
*Cuando tengas que conducir a una persona ciega, ofrécele tu codo para que se sostenga de ti. Es la forma correcta.
*Al comer en compañía de una persona ciega, indícale los alimentos que hay en el plato.
*Si ves o trabajas con personas ciegas mantén las puertas siempre cerradas o siempre abiertas y no cambies los muebles sin advertirle.
*Permite a las personas ciegas guardar sus pertenencias, pues les será más fácil encontrarlas luego.
*Si en algún lugar una persona ciega necesita sentarse, condúcela al asiento disponible y coloca su mano en el espaldar del mismo.
*Si está en compañía de una persona ciega y tienes que partir, avísale.
*Si entregas dinero a una persona ciega, coloca los billetes en forma ordenada. Dile la suma entregada. Las monedas las reconocerá.
*Ante una escalera, indícale si ésta sube o baja, y coloca su mano en el pasamanos.