Reportaje
Ciudadanos cada vez más expuestos al plomo

<STRONG>Reportaje<BR></STRONG>Ciudadanos cada vez más expuestos al plomo

La compra de baterías usadas para reciclarlas se ha expandido a medida que crece el parque vehicular. El negocio es movido en parte por empresas que exportan componentes hacia China, India y Japón, donde se  utilizan como materia prima. El auge del tráfico ha aumentado la exposición  de las  personas a la absorción  de plomo. La creciente manipulación de baterías desechadas deja secuelas sobre el aire,  suelos y el agua en  zonas urbanas. La contaminación genera diversos problemas a la salud humana.

El  negocio de venta de baterías usadas para su reciclaje ha crecido vertiginosamente en el país.  Con ello también se ha incrementado la exposición de las personas al plomo, sustancia peligrosa que puede causar muchos problemas de salud, tal como aumento de la presión sanguínea, trastornos nerviosos, irritabilidad y lesiones cerebrales en los niños.

El plomo se puede diseminar en el aire, el suelo,  el agua y en los alimentos. Es, en un 95%, la principal materia prima en la producción de baterías.

El hecho de que la mayoría de los hogares y comercios tengan generadores eléctricos alternos y el incremento del parque vehicular en más de dos millones de unidades ha empujado considerablemente la venta de baterías usadas.

Es común ver compradores de baterías en las calles y en talleres. Estos, a su vez, las venden a grandes empresas que luego las exportan a países como China, India, Japón y otros.

Los precios oscilan entre los 250 y 500 pesos la unidad. La de inversores son las más caras. Se estima que al 2009 se  exportaban   más de 40,000  unidades desechables sobre todo a países asiáticos.

Pero, a pesar del “boom” de este negocio, sólo una empresa cuenta con autorización ambiental para reciclar baterías, de acuerdo a la lista de empresas que manejan desperdicios sólidos y líquidos que fue suministrada por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Se trata de   la Planta de Almacenamiento y Trasbordo de Desechos  Industriales Mirsa, ubicada en la ciudad de Santiago, que también se dedica a otras actividades.

Salud.  Según diversas revistas médicas, respirar aire contaminado con plomo, consumir agua o alimentos o tocar residuos que contengan esa sustancia puede causar muchos problemas de salud. En personas adultas, el plomo puede aumentar la presión sanguínea,  causar infertilidad, trastornos nerviosos y dolor muscular y en las articulaciones. También puede hacerlo sentirse irritable y afectar su capacidad para concentrarse y recordar.

El plomo es especialmente peligroso para los niños. Un niño que absorbe grandes cantidades de plomo puede desarrollar anemia, fuertes dolores de estómago, debilidad muscular y lesión cerebral. Inclusive altos niveles de plomo se relacionan con coeficientes intelectuales más bajos.

El plomo es un mineral que existe naturalmente en la corteza terrestre. Las personas lo han diseminado en el ambiente a través  de diversos productos.

Compradores.   Aunque algunos compradores de baterías usadas afirman conocer  que el plomo es dañino a la salud, es visible cómo muchos manipulan estos desechos peligrosos sin ninguna protección.

Uno  ejemplo es  Bolívar Sánchez, un comprador de la calle Peña Batlle, en el sector capitalino de Villa Juana, quien anteriormente reparaba baterías sin ningún cuidado y aunque ahora dice que sólo se dedica a comprarlas,  en su taller se observan restos de estas esparcidos por doquier.

Raymundo Berroa es otro intermediario del negocio de baterías que opera en la misma calle. Éste, contrario a Sánchez, no manipula los desechos, puesto que reconoce el daño que puede causarle.

Ambos venden la mercancía a la empresa Recimetales, ubicada en San Isidro,   Santo Domingo Este.

Cadena de contaminación  Para Conrado Depratt, analista químico y ex director del Instituto de Química de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD),  el problema ambiental que se deriva de estas operaciones sin control es lo más grave por el daño al ambiente y a los que trabajan en estos medios de producción.

Detalló que el ambiente se afecta con los humos y vapores de la fundición de plomo, pero que también es grave la manera en que las baterías son manejadas, ya que en la mayor parte de los casos se vierten los ácidos al suelo y las cajas de las baterías  son acumuladas en montones, lo que provoca que haya  depósitos de los residuos de las celdas de las baterías.

“Estos, combinados con los ácidos, penetran al suelo  y crean daños permanentes en él  y en otros casos a la capa freática. Este sólo puede ser recuperado por medio de remediación de los suelos, lo que es costoso. La tierra removida tiene que ser depositada en sitios seguros y diseñados para esos fines”, señala Depratt.

Indica que en cuanto a la salud humana, el proceso de  fundición   afecta al trabajador en primera instancia y  luego la familia que también se contamina.

Apunta que  los trabajadores informales, además de contaminar su entorno, llevan los polvos en su ropa y zapatos hasta su casa, lo que  implica que sus familiares, en especial los niños, sean los más perjudicados.

Por  esa razón Depratt concluye  que la extensión de la contaminación por estos talleres informales constituye  un riesgo de salud a quienes rodean estos sitios de trabajo, por lo que  es necesario una medición de  esa  contaminación.

RD entre  más contaminados.  Se recuerda que  la República Dominicana estuvo situada entre los 10 lugares más contaminados del planeta, debido a la acumulación de plomo en la comunidad Paraíso de Dios, en el municipio de Haina, provincia de San Cristóbal.  Allí durante más de 20 años la empresa Metaloxa descargaba en el suelo el plomo de las baterías usadas, lo que provocó una contaminación profunda que afectó a decenas de personas, en su mayoría niños, algunos de los cuales sufrieron daños irreversibles a su salud.

Luego de varios años y exigencias de los comunitarios para que retiren esas operaciones y se saneara el terreno, las autoridades de Medio Ambiente, junto al Instituto Blacksmith, lograron remediar  el suelo contaminado y allí   se preparó un  área verde.

Sin embargo, lo que no se podrá revertir son los daños a la salud que  aún padecen algunos habitantes de Paraíso de Dios.

Las claves

1.  Radiadores

Otro grupo de trabajadores con   exposición  lo constituyen  los que reparan  radiadores de automóviles, ya que usan bastante plomo en esa actividad.

2. China

Solamente en China hay más de 1,500 empresas que producen y reciclan baterías, razón que ha contribuido al aumento del precio del metal pesado.

Una actividad vieja

El profesor Deprattse encuentra  justamente  en la fase de formulación de un proyecto para inventariar los negocios de fundición de plomo  en el país, basado en la preocupación de los niveles de informalidad y masificación en que se  da ese proceso.

Señala  que en el país el  reciclaje de baterías ha sido por mucho tiempo un negocio de cierta rentabilidad para pequeños fundidores pero de gran ganancia para los que tienen grandes  plantas.

Sin embargo, dijo que de muchos  recicladores no se tienen noticias concretas,  ya que dos fundidoras que existieron en Haina   hoy se encuentran clausuradas.

Depratt citó que existe un gran  grupo de fundidoras  totalmente informales que no tienen registros de ningún tipo y que operan dentro de los barrios de las ciudades. Su trabajo consiste en fundir el plomo de las baterías para hacer cualquier otro objeto.  Detalló que  también están las dedicadas a la reparación y fabricación de baterías a  bajo costo, los talleres que las cargan  y los   que las desmantelan  para venta  de los materiales derivados de esa actividad.

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