Reportaje
El amor que dio soporte a estratega

<STRONG>Reportaje</STRONG><BR>El amor que dio soporte a estratega

Neyda López Rodríguez  fue esposa del combativo Manolo Bordas

Tras la muerte de su esposo, ha quedado como reserva de una historia que pocos conocen porque Manolo fue protagonista de primera en procesos trascendentes para el país, desde su lejana adolescencia cuando estuvo en Cuba entrenándose para la expedición de Cayo Confites.

La hermosa residencia de las afueras de Santo Domingo que Neyda López Rodríguez compartió con Luis Manuel Bordas Hernández, el tímido estratega de la guerra al que la alegría de unos tragos le llevaba a exclamar siempre “¡Viva la Revolución!”, es archivo, museo, galería fotográfica, a los que acompaña la memoria lúcida de esta leal compañera que ha mantenido volantes amarillentos del exilio, cartas, hojas sueltas, álbumes y retratos organizados o dispersos en la inmensa mansión adornando las paredes del despacho hoy vacío del “comandante Bordas”, terrazas, salas, pasillos, mesas esquineras y de centro, comedor y otros ambientes.

Alfredo Bordas y Mercedes Hernández tuvieron también a César, José y Diego, éste último el hermano entrañable de Manolo, el de las conexiones y relaciones. Manolo ejecutaba discretamente su trabajo en lo que llegó a constituirse en el imperio de los Bordas, que se inició en Puerto Rico y continuó con la creación de empresas poderosas cuando regresaron a la República luego del tiranicidio. Fueron accionistas principales o dueños de Aerovías Quisqueyanas, Bordas & Compañía, Agencia Marítima y Comercial y fincas ganaderas en Sierra Prieta.

Importaban y exportaban maíz a Puerto Rico en época de Trujillo y aprovechaban las lanchas del traslado para introducir armas clandestinamente a territorio dominicano.

Gracias a su holgada posición, Diego y Manolo, que “siempre tuvieron inquietudes revolucionarias”, financiaron y organizaron misiones patrias.

Neyda lo conoció en 1953 cuando fue su secretaria en Borinquen pero domina todo el discurrir anterior de su combativo compañero por documentos o relatos. “Perteneció al ejército, estuvo en el Pacífico en la Segunda Guerra Mundial, en Puerto Rico fue de la Guardia Civil y llegó a coronel. Después se licenció y se dedicó a los negocios. Poco a poco fueron levantando un pequeño imperio”, manifiesta la exquisita dama.

Manolo regresó al país el 7 de noviembre de 1961 “en un avión que rentó y trajo lleno de sus amistades. Reservó un piso en el hotel El Embajador, que entonces estaba rodeado de potreros”, recuerda. En diciembre ya Manolo estaba en Puerto Plata trabajando en la campaña electoral a favor de Juan Bosch.

Si en Puerto Rico su vivienda fue embajada que acogió a los desterrados de la tiranía, aquí sus casas se convirtieron en puntos de encuentros políticos. Neyda fue anfitriona y paciente mediadora cuando se encendían los ánimos. Por los distintos domicilios que ocuparon desfilaron Francisco Caamaño, José Francisco Peña Gómez, Jottin Cury, Héctor Aristy, Washington y Aníbal de Peña, Sucre Félix, Barón Suero Cedeño, Juan Bosch, Lembert Peguero, Quico Pichirilo, Santiago Rodríguez Echavarría, Casimiro Castro, Freddy Prestol, Dante Canela y otros, todos presentes en las decenas de fotos que guarda la abnegada esposa.

“Noche tras noche se celebraban reuniones importantes en mi casa de la Independencia 36 y aquí cuando nos mudamos en octubre de 1965”, refiere Neyda.

Inéditos o raros.  Entre los papeles inéditos quedó una interesante narración sobre la batalla del hotel Matum del 19 de diciembre de 1965 donde estuvo Manolo asumiendo “la estrategia defensiva”. Poco conocidas son el Acta por la Liberación de la Patria que firmaron en Puerto Rico Sergio del Toro, Frank Tejada, Rafael Ramos, Nelson y Luis Manuel Bordas y el volante  “¡Atención a los habitantes de Santo Domingo!” que, con riesgo de su vida” lanzaría Del Toro, “en un avión alquilado al efecto”.

“Dentro de las próximas 48 horas la ciudad será bombardeada por una poderosa fuerza aérea. No queremos hacer ningún daño a la ciudadanía indefensa, pero se impone cierta destrucción de propiedades para poder lograr plenamente los objetivos militares.

Para no perder el factor sorpresa no podemos avisarles la hora. Las primeras oleadas de destrucción llegarán dentro las próximas 48 horas. Somos sus hermanos y lo único que nos interesa es liberarnos de esa feroz dictadura… Evacuen esa ciudad en la certeza de que cuando regresen  lo harán en un clima de libertad…”. Manolo tuvo una actuación preponderante en la contienda bélica de abril sirviendo de enlace entre Caamaño y el PRD, acudió a la batalla del puente Duarte, participó en la organización de la ciudad por comandos y terminó apostado en el de las calles Pina y Canela.

Fue decidido opositor de los 12 años de Balaguer durante los que siempre tuvo impedimento de salida y le fue desmantelado un avión.

“Polibio Díaz siempre intervenía para que lo dejaran salir”, manifiesta la viuda.

Antes de unirse a Neyda, con quien casó dos veces, tuvo dos matrimonios. De todos son sus hijos Nelson Luis Bordas Hurst, Alfredo Luis y Diego Manuel Bordas Cruet, Patricia Bordas Hurst, Vilma Luisa Bordas Cruet, Ivelisse y Cristina Bordas López.

Nació en Puerto Plata el 19 de agosto de 1919 y murió en Santo Domingo el 13 de junio de 2001.

Neyda nació en Humacao, Puerto Rico, el 13 de octubre de 1931, hija de Eulalio López y Emma Rodríguez.

Junto a Manolo vivió momentos difíciles, sobre todo en la guerra. Pero siempre fue apoyo e incondicional compañía.

“Nunca se me ocurrió estar en contra de sus ideales. Formábamos un binomio muy particular, éramos como una sola persona”.

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