Reportaje
En La Zurza no quieren promesas

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Refugiados en la miseria, en casuchas, hoyos, cañadas y pendientes, cientos de familias habitan en el barrio La Zurza, al norte del Distrito Nacional, a tal punto que vecinos de la parte baja han definido el lugar como “el valle de la muerte”, donde no son tomados en cuenta para los planes oficiales.

Inclusive, en momentos de huracanes, ciclones, lluvias y deslizamiento de tierra, como ocurrió con Noel y Olga, a finales del año pasado, los moradores de este barrio, al lado del río Isabela, tuvieron que valerse de sus organizaciones comunitarias  para ser evacuados, ya que como siempre, las autoridades reaccionaron tarde.

Aunque las familias que habitan en total vulnerabilidad ascienden a mil, las autoridades apenas tienen censadas 176, pero de esas solo a 50 se les construye un proyecto de apartamentos detrás de la escuela Aída Cartagena Portalatín.

Las 50 familias son las que viven en los barracones a orillas del río, construidos por un año y que fueron inundados tras el paso de Noel y Olga y sus habitantes refugiados en planteles públicos.

A otras hace más de dos años les fueron entregados 18,000  pesos para que rentaran viviendas durante un año, pero van más de dos y han sido abandonadas a su suerte, por lo que hoy están arrimadas en casas de familiares y amigos a la espera del cumplimiento de las promesas de un casa hecha por la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), que  es quien tiene a cargo la construcción de la vía que iría desde el puente presidente Peynado hasta la avenida Francisco Alberto Caamaño, conocida como del Puerto, obra colateral al Metro de Santo Domingo.

Además de los propietarios de viviendas, en La Zurza habitan cientos de familias en casas alquiladas, que las autoridades deberán definir su categoría, ya sea para que califiquen para vivienda o para solares en los que puedan levantar sus techos.

El agua al cuello.  El secretario general del Comité Pro Desarrollo de la Zurza,   Suárez Medina, señala que viven “con el agua al cuello” en el lugar, ya que cuando llueve hay salir huyendo, porque de lo contrario mueren ahogados o sepultados por los derrumbes.

Expresa que se han reunidos en varias veces con las autoridades de la OPRET para que agilicen el proyecto de construcción de las casas, pero que esta oficina reclama los recursos al Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) quien no ha respondido.

Temen lo peor.  Temen  ser sorprendidos por algún fenómeno natural sin estar en viviendas seguras, como se les prometió, tras recordar que el pasado primero de junio comenzó la temporada ciclónica.

Indica que a 50 familias que se les entregó una carta con 18,000  pesos por un año, hace dos que se venció el plazo, por lo que “andan rodando por ahí, porque las autoridades han faltado a sus palabras”.

Andrés Paulino Soto, vive próximo a la margen del río Isabela, se resistió al desalojo, no recibió la carta y los 18,000  pesos que le ofreció la OPRET hace más de dos años, porque sospechó desde el principio que no cumplirían.

Considera que antes de emprender un desalojo las autoridades deben construir primero las casas donde serían reubicadas las familias objeto de la acción.

A Lesbia Fleming se le destechó su casa tras el paso de la tormenta Noel, a partir de ese momento se acercaron funcionarios con la promesa  que a las 24 horas tendría su vivienda mejor que antes, sin embargo, a siete meses nadie ha vuelto por el lugar.

 “Nos pusieron de mojiganga a buscar cédula y otros documentos, se fueron y jamás volvieron, por lo que tuvimos que hacer líos para techar este rancho”, declara.

A Reina Isabel Reynoso, quien habita el Hoyo de la Zurza, la promesa fue entregarle madera para que pudiera levantar la casa que se llevó La Cañada de Los Dulceros, pero corrió la misma suerte de su vecina.

Como consecuencia de la vulnerabilidad en que habitan varias familias próximo al Hoyo y al río, sus habitantes lo han definido como el valle de la muerte, ya que por ahí desemboca La Cañada del Diablo que en ocasiones produce explosiones por los gases que acumula, poniendo en peligro la vida.

Valle de la Muerte.  Teófilo de la Cruz, vive en el Valle de la Muerte desde 1968, y desde esa época la pasa  brincando de un lugar a otro en temporadas de huracanes, pero a pesar de su situación los planes del Gobierno no lo toman en cuenta.

Ana Rosa Rondón lleva 39 años viviendo en una pendiente junto a su familia, pero teme quedar sepultadas bajo los escombros ante cualquier ventarrón o deslizamiento, debido al mal estado de la casa.

La mayoría de las familias que habitan en lugares de altas vulnerabilidad, nunca ha sido censadas por quienes prometen reubicación, aunque algunos dicen que da igual, ya que escuchan las promesas, nunca la solución definitiva.

El gobierno anunció  hace un mes  que retomó el proyecto de 1993 que procura reubicar las familias de  las orillas de los ríos Ozama e Isabela, dragar los ríos para convertirlos en navegables y trasladar unas 2,000 familias hacia un terreno identificado en la zona de San Isidro, con una inversión  de 500 a 600 millones de dólares.

Las frases

Ana Rosa Rondón

Llevo 39 años viviendo en la Zurza, pero nunca, ninguna autoridad ha venido por aquí. Mi casa se está cayendo, en cualquier momento vamos a parar  al precipicio.

Teófilo de Jesús

Vivo en este hoyo de la Zurza desde 1968, desde entonces cojo todas las pelas, porque cada vez que hay huracanes tengo que salir huyendo”.

Andrés Paulino

No permití que la OPRET me desaloje. Si hubiere aceptado tuviera rodando por ahí, como andan los demás vecinos, con papeles en la mano y nada más”.

Las claves

1.  Promesas

El presidente del Consejo Nacional de Asuntos Urbanos (CONAU), arquitecto Joaquín Gerónimo, declaró que el anteproyecto definido para la zona Norte del Distrito Nacional contempla la construcción de alrededor de 1,200 ó 2,000 apartamentos en la zona.

  2.  Avenida ecológica

A lo largo de las margenes de los ríos Ozama e Isabela las autoridades    prometen construir una avenida  para darle vida turística al área, con  un parque ribereño y la recuperación de los barrios que están en la periferia.

 3. Solución definitiva

 Según las autoridades, el mega proyecto permitiría  al gobierno resolver los problemas que afectan a los barrios La Ciénaga, Capotillo, Simón Bolívar, La Zurza, Los Guandules y Gualey.

     4.  Sigue espera

Más de 170 familias llevan casi tres años esperando los apartamentos prometidos por la OPRET.

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