(1 de 3)
Durante la dictadura de Trujillo y todavía hoy día se citan como grandes logros del régimen del tirano la eliminación del control norteamericano sobre las aduanas, el repago total de la deuda externa, la creación del Banco Central y el peso dominicano, la acelerada industrialización durante la post guerra, la ayuda al campesino y la definición del territorio nacional a través de un tratado fronterizo con Haití.
La realidad, que nunca se hizo pública durante la dictadura, fue que Haití logró su control aduanal seis años antes que los dominicanos, tuvo moneda propia en 1935, doce años antes que los dominicanos y pagó su deuda externa el mismo día que los dominicanos. Santo Domingo fue uno de los últimos tres países en América Latina en tener un Banco Central y moneda propia. Su industrialización fue de las más lentas del continente, Trujillo quitó tierras a campesinos pobres y el tratado fronterizo realmente se firmó durante el gobierno de Horacio Vásquez y Trujillo lo que hizo, al firmar un protocolo al mismo, fue entregar tierras a Haití que en el tratado firmado por Vásquez eran dominicanas, a cambio de un pacto político bajo el cual el gobierno haitiano se comprometió a no permitir la presencia de exilados anti trujillistas en su territorio. Hoy trataremos el tema de las aduanas.
Bajo la convención de 1924, firmada por el gobierno de Horacio Vásquez, se ratificó el control de las aduanas por parte de representantes del gobierno norteamericano. Desde 1905, a través de un Modus Vivendi y luego por la convención domínico-americana de 1907, los norteamericanos controlaban dichas aduanas, no sólo en los puertos dominicanos sino también en los puestos fronterizos.
La administración de las mismas estaba en manos de una Receptoría General de Aduanas, cuyo principal ejecutivo era un ciudadano norteamericano nombrado por el Presidente de ese país. La finalidad era cobrar los intereses y la amortización de la deuda externa, que estaba en manos de los tenedores de los bonos, la gran mayoría norteamericanos. Con los cobros de la aduana se pagarían primero los gastos administrativos de la Receptoría, no más de un 5% de sus recaudaciones, los intereses de los bonos de la deuda externa y también su amortización. A diciembre de 1924 la deuda externa ascendía a US$13.5 millones. Tan sólo después de cubrirse esas tres partidas era que el remanente de las recaudaciones se le entregaba al gobierno dominicano para su libre uso.
El eliminar la convención y devolver a los dominicanos el control sobre el cobro de sus aduanas era un objetivo nacional desde principios del siglo XX, pero la gran depresión económica, que se inició en 1929 y que se prolongó hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939, dificultó mucho ese proceso, ya que más bien lo que buscaban y lograron los países de América Latina era diferir el pago de su deuda externa, dados los bajos niveles de ingresos fiscales, lo que también logró el gobierno de Trujillo en 1931 y 1934.
Haití pasaba por una situación igual, ya que sus aduanas igualmente eran controladas por representantes del gobierno norteamericano y allí una Receptoría también separaba los fondos para el repago de capital e intereses de la deuda, al igual que en la República Dominicana. Pero en Haití, en 1935, el gobierno de Stenio Vincent logró adquirir la totalidad de las acciones de la sucursal del First National City Bank, creando el Banque Nationale d Haití y negoció con los norteamericanos la eliminación del control aduanero, a cambio de que un representante de los tenedores de bonos de la deuda externa fuese ubicado en el Banque Nationale, el cual recibiría la totalidad de los ingresos fiscales del gobierno.
Este representante estaba autorizado a separar lo necesario para el repago del capital e intereses de la deuda y luego a autorizar la entrega del remanente a las cuentas del gobierno haitiano. El Banque Nationale también emitió billetes, el gourde, aunque con una paridad fija con el dólar, ya que no ejercía funciones de Banco Central. Desde ese momento el gobierno dominicano buscó una solución similar, iniciando las negociaciones en 1938, pero que fueron concluidas tan sólo en 1941.
Ya para ese año ningún país de América Latina tenía sus aduanas bajo el control norteamericano, ya que la comisión binacional creada en Nicaragua en 1909 había desaparecido con la redención de los bonos de 1917, por lo que la convención dominicana de 1924 era una reliquia de un periodo ya superado de la política intervencionista norteamericana. Además, la deuda externa dominicana se había reducido y el mecanismo establecido en Haití lograba un control tan eficiente como el aduanero, pues garantizaba el repago de la deuda externa. También en 1941 la guerra ya se había iniciado en Europa y submarinos alemanes rondaban el Caribe. A Estados Unidos, país que pocos meses después de eliminada la convención entró en esa guerra, le convenía complacer a un socio ubicado en el estratégico Caribe.
El acuerdo de 1941 que eliminó la convención, el tratado Trujillo-Hull (Hull-Trujillo según los documentos del gobierno norteamericano) pasó las funciones de separar los fondos para repagar la deuda a un norteamericano, representante de los tenedores de los bonos de la deuda externa, quien operaba dentro de la sucursal dominicana del First National City Bank, donde estaban todas las cuentas del gobierno, el cual pronto sería adquirido en 1941 por el Estado dominicano y convertido en el Banco de Reservas. En ese banco se depositarían las recaudaciones aduaneras y allí ese funcionario separaba la parte correspondiente a la deuda. La Receptoría General de Aduanas quedó eliminada en 1941. Como se ve, en 1941 se siguió el modelo haitiano de 1935. Sin embargo, Stenio Vincent nunca recibió honores y grandes halagos por lo que hizo seis años antes, pero Trujillo sí.