Reportaje
Mujeres inmigrantes trabajan y luchan por sus sueños en España

<STRONG>Reportaje<BR></STRONG>Mujeres inmigrantes trabajan y luchan por sus sueños en España

EFE Reportajes. Mónica di Nubila se licenció en Derecho en su país, Argentina, y desde 1979 ejerce como abogada en España. “Una suerte que he tenido”, apunta a Efe-Reportajes.

El caso de Mónica es difícil de encontrar entre las numerosas mujeres que llegan a España con un título universitario, pero que, en unos casos por falta de homologación y en otros por las escasas oportunidades que se les presentan, deben dedicarse a otras profesiones de menor cualificación.

Este es otro de los problemas de las mujeres inmigrantes, aunque cada vez son más los casos, como el de Di Nubila. Ella ha conseguido proyectar su carrera profesional.

“Las convalidaciones de los estudios antes eran fáciles de conseguir según el país de procedencia. Ahora es un proceso que se ha ido endureciendo”, señala Mónica di Nubila.

Esta abogada matiza que “depende mucho de las profesiones, algunas son bienvenidas, pero otras no necesariamente. Hay mujeres que han invertido años de su vida en obtener la homologación de sus títulos, aunque en su país de origen su carrera tenía un nivel superior al de España. Pero deben amoldarse a la exigencia del país de acogida”.

Mercedes Lovera ha sido una de ellas. De Venezuela llegó con su título en Bellas Artes, un máster en Gerencia Educativa y la titulación en Musicoterapia. En sus diez años de estancia en tierras españolas, Lovera se ha abierto camino como educadora social, trabajo que ya realizaba en su país.

“Entrar en los ámbitos profesionales de origen es muy difícil, aunque en muchos casos se ha roto la barrera de la homologación.  Debes justificar de nuevo todas tus cualidades y habilidades profesionales, que ya habían sido reconocidas en tu país”, señala.

Tanto Mónica como Mercedes son fundadoras de la Asociación de Mujeres Profesionales por la Integración y la Igualdad (AMPI), una institución sin ánimo de lucro que nace con el propósito de promover el liderazgo e inserción laboral de las mujeres profesionales y que se vuelca en la celebración del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora en todo el mundo el 8 de marzo.

Crear espacios para la mujer

La asociación presta especial atención al colectivo de mujeres profesionales de origen extranjero residentes en España, buscando favorecer su participación en condiciones de igualdad y siempre desde una perspectiva de género.

 “Una persona licenciada –apunta Di Nubila- difícilmente será contratada para esta tarea, pero sí cuenta su cualificación para trabajar de asistenta de hogar. O el hecho de hablar varios idiomas se tiene en cuenta y se valora, pero después no se remunera”.

Desde esta asociación, “trabajamos con el objetivo de reforzar a la persona, de crear un espacio donde la mujer crezca y tome conciencia de sus derechos y valores, para que eso le sirva para interrelacionarse en una mejor situación”, apunta di Nubila, vicepresidenta de AMPI donde reciben a profesionales de distintos sectores como dentistas, enólogas, diseñadoras gráficas, técnicas en calidad de alimentos, traductoras, trabajadoras sociales, periodistas o expertas en comunicación.

Para Di Nubila, “el objetivo es que la persona logre con el cambio de país que no haya una perdida de las competencias que tenía en el suyo”.

Cecilia es una de esas mujeres que no han perdido competencias tras emigrar de Argentina. Instalada en España hace ocho años, ejerce su trabajo de diseñadora gráfica como lo hacía en su país. “Cuando uno emigra hay que entender los códigos culturales del país al que llegas y eso me llevó un tiempo”.

Actualmente, Cecilia es autónoma, tiene su propio estudio y se siente “conforme” con lo que ha hecho.  En su caso, apunta, “el proceso migratorio despertó muchas emociones que yo tenía dormidas”.

Ana María Céspedes es dominicana, maestra en su país y educadora social en España. Llegó en 1991 y aunque no ha podido ejercer de maestra en el marco institucional, no ha perdido  oportunidad para hacerlo a nivel asociativo, trabajando en formación.

“Las mujeres inmigrantes tienen menos oportunidades. En muchos casos la oferta de trabajo está en determinados sectores que no son los nuestros, pero en los que empiezas para conseguir los papeles de residencia aunque no te resignas a estar siempre en ellos. Debemos buscar y crear oportunidades para salir adelante”.

Eso es lo que ha hecho Digna Mercedes Ventura, dominicana como Ana María, que lleva veinte años en España. Desde su país se trajo su profesión, peluquera, y en su nuevo destino, Madrid, ha continuado con este trabajo, abriendo su propio negocio.

Digna reconoce que abrirse camino fue duro, pero ahora puede vivir de lo quiere, no sólo de lo que puede. “He intentado salir adelante y ahora ya puedo decir que quiero vivir en España”.

Estos son algunos ejemplos de mujeres que emigraron de sus países con un título y una profesión bajo el brazo y que han luchado por poder ejercerla en su nuevo destino de vida.

Las claves

1.  Metas comunes

 Mónica, Mercedes, Cecilia, Ana María y Digna tienen en común la emigración y la batalla por ejercer sus profesiones en el país de acogida. Tras varios años siendo profesionales en sus países deciden emigrar y luchan por ejercer su profesiones en España, donde actualmente viven.

2.  Convalidaciones

“Las convalidaciones de los estudios, antes, era más fácil según el país de procedencia, pero ahora es un proceso que se ha ido endureciendo”, apunta la abogada Di Nubila.

3.  Nivel superior 

“Hay mujeres que han invertido años de su vida en obtener la homologación de sus títulos, aunque en el país de origen su carrera tenía un nivel superior al de España. Pero deben amoldarse a la exigencia del país de acogida”, señala la abogada argentina.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas