Reportaje
Museo del Hombre Dominicano

<STRONG>Reportaje<BR></STRONG>Museo del Hombre Dominicano

Remozamiento. Durante más de tres décadas, el Museo del Hombre Dominicano ha padecido el abandono de las autoridades responsables de conservar valiosas piezas de piedra, madera y concha. El edificio que aloja la institución amerita urgente reparación.

El Museo del Hombre Dominicano no resiste más remiendos. Los parches que han colocado durante más de 30 años para corregir problemas en su estructura dejan al descubierto su avanzado deterioro y notable abandono.  La combinación de descuido ha colocado a la institución al borde de “Jaque Mate”.

Las reparaciones o arreglos para tratar de ocultar los desperfectos en el Museo han convertido el lugar en una especie de almacén saturado de viejas y obsoletas vitrinas repletas de piezas de piedra, concha y madera, objetos de cerámica, trajes, máscaras y de paredes que muestran exhibiciones, con explicaciones  ilegibles, porque nadie sabe con exactitud quién o quienes, cuándo ni cómo, ni en que época, se llevaron las letras de bronce o madera. El Museo del Hombre Dominicano muestra el desorden descomunal y  la falta de atención del aspecto físico de la institución. La secretaría de Cultura, bajo la dirección y responsabilidad de José Rafael Lantigua   ha mostrado, en este caso, descuido y negligencia en sus obligaciones.

 Las filtraciones en el techo del edificio han deteriorado notablemente el plafón. El agua se desliza y cubre las paredes de moho y humedad. La vieja alfombra no resiste más lavado. La vejez, el maltrato de tanto ser pisoteada, le ha quitado el tejido de fibra. Parece un cuero de vaca listo para fabricar tambores  para una actividad folclórica.

La climatización del Museo es deprimente.  Apenas entra un soplo de aire por viejas ventanas. La falta de aire acondicionado y de una idónea iluminación dificulta las labores cotidianas. No hay control de humedad. Tampoco hay cámaras de vigilancia, ni sistema de alarma y por consiguiente los pocos ojos humanos no bastan para vigilar  la rica colección de más de 10,000 piezas confeccionadas en piedras, concha y madera y objetos de cera desde tres mil años antes de Cristo hasta el contacto con la llegada de los españoles.

Algunas de las vitrinas que giraban dejaron de funcionar. Otras  saturadas de piezas acumulan polvo, porque para destaparlas se necesita y un día completo y dos hombres con mucha destreza y fortaleza.

Tres guías con más de 20 años laborando en la institución hacen de tripas corazones para cumplir con el trabajo de  los visitantes. En ocasiones sólo hay uno disponible.

El salario,  5,700 al mes, no tiene mucho atractivo. Eso, en cierta forma, explica las constantes excusas y ausencias.

 El Museo del Hombre Dominicano es visitado por más de 100,000 personas mensualmente. Los estudiantes pagan 20 pesos, visitantes adultos 60 pesos y turistas, 75 pesos.

Palabras indígenas: Tabaco, Maní, Coa, Bija, Cayuco, Macabí, Guanábana, Hamaca, Cupey, Tiburón, Higüero, Yuca, Caney, Batea, Lambí, Bohío, Yagua, Canoa, Barbacoa, Higuana Hicotea, Jutía. 

La Cofradía de los Congos del Espíritu Santo de Villa Mella es:

Más de 300 años de historia

 Expresión socio-cultural ligada a la comunidad Mata Los Indios, Villa Mella y zonas aledañas a la ciudad de Santo Domingo, comunidades donde habitan miles de personas

 Expresión cultural sincrética que mezcla tradiciones hispánicas y africanas

 Confraternidad de ayuda mutua organizada como una corte presidida por su rey Pío Brazobán y su capitán Sixto Minier.

 Miembros ligados por parentesco espiritual en torno al Espíritu Santo

 De acuerdo a la tradición, fue el mismo Espíritu Santo que llevó los instrumentos y cantos y ordenó las festividades cada año. En el lugar de aparición, se construyó la actual Iglesia Parroquial y el Parque de Villa Mella.

 Los muertos conviven con los vivos hasta que son despedidos con música y oraciones cada año y la despedida final llamada Banco al cuarto año.

 En las celebraciones mortuorias se prepara una enramada y un altar, se sirve comida, bebida, se canta y se tocan músicas para la despedida del difunto. La viuda y familia se quitan el luto al 4to. año

 La cofradía celebra la fiesta del Espíritu Santo (en mayo) y de la Virgen del Rosario (en octubre)

 Los instrumentos musicales son el Congo Mayor, el Conguito, la Canoíta y Maracas. Las voces y coros son aspectos fundamentales en los 21 toques tocados en fiestas y rituales funerarios.

El protagonista

Juan Rodríguez

Director del Museo

“La necesidad más imperiosa  actualmente es la planta física del Museo, que está en muy malas condiciones. Esa es la verdad. Este edificio se construyó a principios de los años 70.  Es una buena infraestructura, un tremendo edificio, pero requiere remodelación. Tenemos que rehacer el Museo, es decir, desde la planta física, las exhibiciones, el aire acondicionado, etc., que datan de 1973. Como usted notará, hay muchas vitrinas saturadas de piezas y fueron hechas con la mejor intención y con los mejores técnicos que existían en ese entonces. Algunas tienen poca explicación. No tienen alarma y son muy difíciles de abrir. El año pasado el señor secretario de Cultura, licenciado José Rafael Lantigua, tenía  todo un plan para remodelar el Museo. Luego, aquí vino el especialista en museografía Ricardo Viera, quien fue  contratado por el Centro Franklin. El  nos sugirió hacer un plan integral de sustitución y reparación de todo, hasta los pisos. Eso cuesta mucho dinero. Yo se que hay una voluntad política del señor Presidente de la República, quien anunció que va a asignar los recursos económicos para remodelar toda la Plaza de la Cultura. Estoy seguro de que el Presidente no dijo eso por  decirlo. A él le importa mucho la cultura. Las quejas por el deterioro del Museo tienen mucha validez, Entiendo la frustración de mucha gente, pero esto no es cuestión de ayer, eso viene de muchos años atrás. Hay que tomar la responsabilidad de hacer, de responder con trabajo, de corregir todo lo que se pueda en el aspecto físico y operacional. También necesitamos mucho más personal. Si bien es cierto que esta institución atraviesa por esta situación, no hay excusa, pero también se debe reconocer la gran contribución que ha hecho el Museo del Hombre Dominicano a la sociedad dominicana. Para aquellos que critican el estado del Museo, también deberían promocionar los logros, lo positivo como es el reconocimiento de la UNESCO de dos tradiciones dominicanas como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad: La Cofradía de los Congos del Espíritu Santo de Villa Mella  y Los Cocolos de San Pedro de Macorís. Estamos asumiendo la responsabilidad que tenemos que asumir. Ahí no hay vuelta floja. Tenemos que trabajar, tenemos que corregir muchas cosas…”

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