REPORTAJE
Sebastian Robiu Lamarche

<STRONG>REPORTAJE<BR></STRONG>Sebastian Robiu Lamarche

En Puerto Rico es reconocido como un consagrado investigador y activo académico que ha revolucionado el mundo intelectual de aquella isla con su obra reveladora sobre las culturas aborígenes antillanas.

Uno de sus libros, “Taínos y Caribes”, del que se han vendido más de 10 mil ejemplares, es referencia obligada de historiadores, universitarios, maestros, alumnos, curiosos lectores y otros estudiosos. Publicado en 2003 con prólogo del prestigioso arqueólogo e historiador puertorriqueño Ricardo Alegría, lleva cuatro ediciones.

Sebastián Robiou Lamarche es el autor de una copiosa bibliografía en la que trabajó durante más de 20 años viajando por Francia, Washington, Martinica, para consultar archivos, bibliotecas, cronistas y sumar sus hallazgos a los datos localizados en Santo Domingo y Borinquén.

Todo ese acopio no sólo está contenido en esa obra sino además en “Caribes, creencias y rituales”, “Encuentro con la mitología taína”, “Mitología y religión de los taínos”, entre otros sino que también lo expone en conferencias, seminarios, congresos, para los que es demandado con insistencia pues ya está acreditado como el experto taíno.

Autoridades en la materia como Francisco Moscoso, del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, han manifestado que los trabajos de Sebastián Robiou Lamarche marcan “un hito en la historiografía del Caribe indígena”, ponderando su aval en fuentes primarias arqueológicas, lingüísticas, etnohistóricas… Y así exaltó su labor José Juan Arrom, hispanista y escritor cubano y su compatriota la historiadora Lourdes Domínguez.

Aparte de la novedad y de la profundidad en las tesis que sustenta, los libros están escritos con inigualable estilo gramatical, redactados con sencillez, bien cuidados, presentados con perfecto diseño y admirables ilustraciones, creación de su hija Claudia.

Robiou se había dado a conocer en su Patria como inquieto, observador, apasionado escudriñador del pasado cuando escribió “De la Trinidad a la Cuaternidad, La bóveda astrológica de la Capilla del Rosario en la Iglesia de los Dominicos”, en el 2000.

En Puerto Rico.  Nació en Santo Domingo, hijo de Gracita Lamarche y Sebastián Robiou Valverde, de quien tal vez heredó el amor por la historia y los descubrimientos de situaciones del ayer no consignadas. De los Lamarche debe tener en la sangre la inclinación por las letras. Desciende de la literata y poeta Martha María Lamarche. Entre sus antepasados ilustres está, además, el presbítero Armando Lamarche Marchena.

En 1963, Sebastián  viajó a Puerto Rico a estudiar ingeniería civil y aunque es graduado en esta carrera, que ejerce, decidió después adentrarse en la historia. Obtuvo doctorado y maestría en  historia de Puerto Rico y del Caribe en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. La excelente biblioteca de esa casa de estudios estimuló su interés, además de los recorridos cotidianos por el Viejo San Juan con Ricardo Alegría, al que define como su gran influencia y admirado maestro. Han realizado trabajos de investigación y publicaciones en conjunto.

Visitó Santo Domingo y dijo sobre su libro más exitoso, “Taínos y Caribes, Las culturas aborígenes antillanas”, que no existía otra obra que analizara toda la bibliografía, desde el siglo XVI hasta el presente, destacando que en éste se encuentran hasta descripciones de ADN. “Pone al día documentos de cronistas y estudios arqueológicos y lingüísticos de los últimos tiempos”, manifestó.

“Sintetiza, tanto para el público general como para el especialista, las descripciones de los cronistas españoles y franceses y las más recientes investigaciones históricas, antropológicas, lingüísticas, arqueológicas e incluso genéticas sobre nuestros antiguos pobladores”, agregó Robiou Lamarche.

Viajes, cartas y escritos de Cristóbal Colón, instrumentos de usos indígenas, canibalismo, alimentación, medios de producción, poblados, vestimenta, mitos, navíos, rituales, intercambio comercial, conexiones genéticas, tallas, alfarerías, creencias, rebeliones, artesanía, yacimientos, ceremonias religiosas, cacicazgos, caciques, matrimonios, sociedades, cantos, bailes, magia, agricultura, plantas, cultivos, medicinas, arte, trabajo femenino, mundo espiritual, guerreros, todo lo relacionado con los aborígenes se encuentra pormenorizado en los libros de Sebastián Robiou, especialmente en “Taínos y Caribes, Las culturas aborígenes antillanas” en el que dedica un extenso e impresionante capítulo a lo que fue la desaparecida ciudad La Isabela. Este libro, impreso en Puerto Rico, tiene 288 páginas.

En él, y en los demás, se encuentran definidas palabras de esa extinguida y primigenia cultura,  como Coayboy, güeyo, atabey, chacuey, naborías, yaya, ibichet, corocote, matutu, piragua, maranta, canalí, behique, chamán, caney, guanín, guayacarima, yereté y otras miles.

“Taínos y Caribes” culmina con el trágico final que representó “el encontronazo” con la llegada del europeo y la polémica y debatida aparición del Santo Cerro, que pasó “de la leyenda a la historia”.  No ha sido la primera vez, ni será la última, razona Sebastián, “que se haya invocado el favor divino para justificar los fines humanos de ambición y dominio”.

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