REPORTAJE
Sobrevivientes de octubre 1961

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“Los acontecimientos de octubre de 1961 fueron de tal magnitud que a nadie se le podía ocurrir dizque leer poesía, y mucho menos en el área del parque Independencia. No sé de dónde ni por qué sacaron eso”.

Ercilio Veloz Burgos hizo la aclaración desmintiendo una versión que para la fecha publicó el periódico “Unión Cívica”,  y citado por AREITO. Cree que la especie se fundamentó en que él era “anticívico y pro catorce”, manifestó refiriéndose al 14 de Junio.

“Es una falaz mentira de la Unión Cívica Nacional, en su programa de radio me tenían los cables puestos”, añadió el comunicador, argumentando que la agrupación hizo intentos por atraerlo debido a sus amplias relaciones con la juventud de Villa Francisca. “Pero no me pudieron convencer. Yo sí iba a los locales del MPD, del 1J4 y del PRD, pero nunca al de los cívicos pues los veía como unos farsantes”, expresó.

Veloz, que en esa época tenía pequeños negocios de surtidoras y 20 años de edad, narró que días antes “había enfrentado a José Antonio Jiménez, Balá, ante la amenaza de éste de destruir el 1J4 y el PRD, ahí participé directamente y tuve un papel protagónico, eso motivó que adquiriera cierta notoriedad y que el 20 de octubre en la mañana me fueran a ver dos o tres personas para decirme que los estudiantes se habían organizado para expulsar a Machado de la Universidad y sacar los remanentes del trujillato”.

Acudió y se marchó pues tenía fiebres pero regresó en la tarde, estuvo en la azotea de la Espaillat número 55, y luego oculto tras un armario, en la tercera planta desde donde lo sacó la policía a palos, macanazos, culatazos. Un fuerte golpe con un casco  le provocó un desmayo,  confesó. Fue herido además en la espalda y la boca, por lo que perdió piezas dentales. “El general Marcos Jorge Moreno ordenó que nos dieran cena pero yo no pude comer”.

Conducido en una “perrera” al hospital Marión, “nos curaron salvajemente, a sangre fría”. Pidió agua y “un coronel Cestero” le replicó: “¿Tú tienes sed? ¡Comunista!”.

Gil Mejía

Miguel Gil Mejía, pionero de la informática en República Dominicana, estuvo entre los estudiantes que desde el 16 de octubre iniciaron las protestas. Lo apresaron el 18 y lo condujeron al destacamento del barrio San Miguel. “Allí recibí el primer golpe en la boca, el cual me partió tres dientes, golpe que fue acompañado del grito: “¡Cállese, comunista!”, relató el profesional que entonces cursaba tercer año de ingeniería civil.

En la tarde, agregó, lo trasladaron al Palacio de la Policía  y confinaron en una “mugrosa” celda junto a  universitarios, normalistas y hombres del pueblo, “unos 40 con sólo un inodoro, el cual estaba tapado”, recordó.

Gil Mejía, quien pese a sus estudios se inclinó por la tecnología de la información, narró con pormenores su viacrucis de golpes y terror psicológico después de encarcelado, el traslado a otro calabozo del Palacio de Justicia donde el decano de la facultad, José Ramón Báez López Penha (Moncito)  llevó sándwiches a sus discípulos.

“Llegó el histórico 20 de octubre y a la presión nacional se unieron voces de diferentes países protestando por nuestro apresamiento y por los acontecimientos en general. Supimos que Ciudad Nueva ardía y que los jóvenes habían prácticamente tomado control de ella, especialmente de la calle Espaillat”, comunicó. Fue interrogado, acusado de infinidad de cargos y finalmente condenado a prisión cumplida y 75 pesos de multa.

Opina que “este movimiento fue la primera demostración de lucha con expresiones a nivel nacional y donde se manifestó la solidaridad de todo un pueblo por la causa libertaria. Sólo un mes después Ramfis, Petán y toda la familia Trujillo tuvieron que abandonar el país, no sin antes asesinar personalmente, Ramfis y Pechito, el esposo de Angelita, a los héroes del 30 de mayo”.

Silié Gatón

Después de las publicaciones sobre la  “Masacre de la calle Espaillat”, actores y testigos han  rememorado la tragedia, como Antonio Isa Conde, Antinoe Fiallo, Pablo, el que escribió e instaló el letrero que declaraba “Territorio Libre” a Ciudad Nueva, y otros.

A los sucesos sobrevivió el doctor Fernando Silié Gatón que hoy no puede relatar su triste experiencia pues falleció el 19 de febrero 2006, a los 91 años.

Su hijo Enrique Fermín Silié Valdez, reputado psiquiatra, declaró que “el 20 de octubre fue, además,  consecuencia de una amenaza que había recibido mi padre como juez de instrucción de los ajusticiadores de Trujillo, porque  le pidieron trasladar a los prisioneros sobre las seis de la tarde y él se negó.

Al otro día encontró en su escritorio una conminación con palabras muy feas. Semanas después, ese 20 de octubre, llegó la banda de “Balᔠcon policías y civiles y asaltaron la Academia de mi padre, Renacimiento, en la 30 de Marzo”, recordó el médico, entonces de 11 años.

Al educador le hundieron el cráneo “y como consecuencia de eso perdió la audición. A mamá y mis hermanos Rubén y Fernandito los hicieron prisioneros; a Carlos Vizcaíno y Nelson Sánchez les rompieron 13 costillas, fue la debacle. Ese 20 de octubre, a las 7:00 PM fue  horrible, los  pequeños nos salvamos porque nos tiraron a la casa de un vecino que nos protegió”.

 Papá, afirmó, “estuvo al borde de la muerte, lo internaron en el Marión y todavía allá hicieron intentos por eliminarlo, se salvó por la intervención de familiares y amigos. Supieron donde estaba porque siguieron el camión, que lo llevaba en la cama”.

Para Silié Valdez ese acontecimiento “tiene doble sentido: la posición de defensa de lo que era el proceso post trujillismo, de rectificación y democracia por el país, y la defensa de la justicia, en ese momento frente a los ajusticiadores que estaban vivos”.

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