La representante del Banco Mundial en el país, Christina Malmberg Calvo, dijo que aunque los crecientes precios del petróleo borraron los pocos avances logrados en el sector eléctrico, y es difícil enfrentar tal situación, hay soluciones que no son ciencia nuclear.
Comentó que este hermoso país tiene la capacidad para hacer lo que hay que hacer, y recordó un artículo de Rafael Toribio, el año pasado, en el que enfatizó que cuando los objetivos están claros y hay determinación al más alto nivel, el cielo es el límite, incluso en República Dominicana.
Al decir su discurso de despedida como representante del Banco Mundial en el país, Malmberg Calvo afirmó que es clave que el sector eléctrico se sostenga financieramente.
Advirtió que, si no se hace sostenible, el dinero tiene que continuar saliendo de otro capítulo, y de verdad, eso es desvestir un santo para vestir a otro, que no es un santo para nada.
Recordó que como representante del Banco Mundial, su primera reunión con el equipo económico del actual gobierno tuvo lugar en Washington en junio de 2004.
Vino una delegación presidida por el ingeniero Temístocles Montás. Nuestra oficina había preparado una agenda ambiciosa y yo tenía mi lápiz bien afilado contra una hoja de papel en blanco. Pero toda esa agenda quedó pulverizada cuando la delegación dominicana nos dijo: Queremos tres cosas del Banco Mundial: electricidad, electricidad y electricidad, testimonió. Señaló que la representación del Banco Mundial en el país ha trabajado junto al gobierno en el sector eléctrico, y que los avances no han sido tan grandes como esperábamos entonces los asistentes a aquella reunión, pero hemos visto progreso. Entre esos progresos citó que cuando llegó a Santo Domingo, los apagones eran brutales, y el Índice de Cobros (CRI) estaba por debajo del 50%. Desde hace algún tiempo, ya está por encima del 60%. Pero, los crecientes precios del petróleo borran estos avances, expresó. Afirmó que si el sector no se hace sostenible, el dinero tiene que salir de otro capítulo, o sea, que habría que desvestir a un santo para vestir a otro que no es tan santo.
La frase
Crhistina Malmberg C.
Volveré a Washington a fines de este mes en lo que parece una jugarreta del destino: Justo cuando aprendí a bajarle la temperatura al vino tinto y pronunciar la frase perico ripiao, tengo que irme. Mi pequeña hija Emma ha vivido aquí la mitad de su vida; su acento es puro dominicano.