WASHINGTON (EFE).- El representante de México ante la OEA, Miguel Ruíz Cabañas, dijo ayer que la institución regional «no está en su mejor momento» y que, víctima, en buena medida, de numerosos éxitos, se encuentra en una situación de «déficit institucional». Ruíz Cabañas también afirmó que, en términos generales, «la situación de muchos países del hemisferio dista mucho de ser satisfactoria».

Durante su discurso de toma de posesión de la Presidencia del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para un período de tres meses, destacó que el reto actual del foro regional es responder con eficacia a las crecientes demandas de los países miembros, sus poblaciones y sociedad civil.

Sobre el «déficit institucional» en el plano político en el que, según su visión, se encuentra la OEA, Ruíz Cabañas manifestó que se debe a que los estados le demandan «tareas hercúleas», sin que luego se tenga «toda la voluntad política que la empresa requiere».

Añadió que se tiene una situación de déficit financiero y administrativo porque, o bien los estados no cuentan con recursos adicionales, «o porque no estamos plenamente satisfechos con los resultados de nuestras inversiones».

Ruíz Cabañas resaltó que los países de la OEA afrontan un reto digno que requiere de toda su imaginación, creatividad y, sobre todo, capacidad de concreción para abordarlo con posibilidades de éxito.

El representante mexicano dijo que los países no desean militarizar la OEA para fortalecer su cooperación contra el problema mundial de las drogas y el terrorismo, y que por eso se acordó fortalecer las instancias civiles.

Agregó que después de más de una década de reformas económicas, realizadas con diversos grados de intensidad, profundidad y sinceridad en los esfuerzos, los países de América no han logrado los resultados deseados y esperados.

«Para muchos de nuestros pueblos el crecimiento económico sostenido se ha vuelto un recuerdo».

Explicó que, con sus más de 220 millones de pobres, equivalentes al 50 por ciento de su población total, América Latina y el Caribe no son sólo la región más desigual del planeta en términos de ingreso por habitante, sino que sus países han perdido también competitividad frente a otras regiones del mundo en desarrollo.