JIMANÍ. La falta de empleos, hambruna, inseguridad en la zona fronteriza y los estragos del lago Enriquillo, son algunos de los males que afectan al municipio de Jimaní y que según sectores de la sociedad civil las autoridades locales no hacen nada por ayudarlos.

Representantes de la sociedad civil, expusieron estos males durante una reunieron el fin de semana encabezada por el canciller Andrés Navarro y autoridades locales con el propósito de conocer las realidades económicas y sociales de este municipio y las demás provincias de la frontera.

El objetivo de la reunión es para que el Ministerio de Relaciones Exteriores defina el rol que aplicará en toda la frontera, en el marco de la nueva política exterior.

Adela Matos, quien habló por los representantes de la sociedad civil, explicó que han tenido algunos avances en este municipio, como el nuevo barrio Boca de Cachón, la construcción de varias escuelas, entre otros pequeños proyectos.

Sin embargo, en términos de desarrollo se ha quedado muy atrás, por la poca inversión tanto del sector público como privado.

Destacó que el motoconcho, empleos en oficinas públicas y pequeños negocios informales son las únicas fuentes de empleo.

Resaltó que las autoridades locales realizan un trabajo muy tímido, y aconsejó unirse parar hacer un esfuerzo por el bienestar y desarrollo de Jimaní para salir del estado de pobreza en que está sumergida.

Otro mal que los afecta, es el tema salud, que describen como crítico, ya que cuando una mujer va a dar a luz tiene que ir a Barahona.

Indicó que el hospital de Jimaní está en reconstrucción hace dos años y la obra no avanza. Agregó, que muchas haitianas de comunidades cerca de la frontera vienen a dar a luz, por lo que el Estado debe buscar una solución.

Sobre la energía eléctrica, denunciaron que Jimaní, el municipio cabecera recibe pocas horas de luz. Mientras, los demás pueblos de la provincia Independencia reciben 24 horas de luz.

En cuanto, a la delincuencia, manifestó que en los últimos años se ha incrementado en los jóvenes, quienes se han adentrado al consumo de drogas.

Comerciantes. En la frontera de Jimaní, gran conflicto se ha generado en la denominada “Tierra de Nadie”, donde comerciantes haitianos se han establecido en un área del territorio dos kilómetros tierra adentro. Comerciantes dominicanos se quejan que haitianos penetran a suelo dominicano donde hacen una competencia desleal.

Sin embargo, los haitiano niegan eso y dicen que la seguridad del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront) impide la entrada para negociar.