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Madrid, (EFE).- El presidente de la petrolera hispano-argentina Repsol YPF, Antonio Brufau, dijo hoy que espera llegar a un «buen acuerdo» en Bolivia, pero precisó que, en caso contrario, no descarta acudir a los tribunales para defender los intereses de los accionistas.
Brufau señaló, en una presentación ante analistas, que Repsol YPF se adaptará al nuevo marco legal si se preserva el valor de sus inversiones en Bolivia.
No obstante, explicó que, si el acuerdo no es posible, el objetivo de la petrolera hispano-argentina debe ser defender los intereses de los accionistas y el valor de las inversiones en ese país.
El presidente boliviano, Evo Morales, decretó el 1 de mayo la nacionalización de la producción de hidrocarburos, con la ocupación militar de campos y refinerías, y conminó a las petroleras a firmar nuevos contratos en 180 días o a irse del país, medida que afecta directamente a Andina, filial de Repsol-YPF.
Al día siguiente, la petrolera ya advirtió, en un comunicado, de que emprenderá «todas las acciones a su alcance para proteger los activos y preservar el empleo» de sus trabajadores en Bolivia
Morales dijo hoy en Viena que no habrá indemnización para las empresas afectadas por la nacionalización y añadió que «son las compañías las primeras que no respetan las normas bolivianas», ya que no pagan impuestos, «son contrabandistas» y hay 70 contratos de firmas que operan en la nación andina que son «inconstitucionales».
La petrolera hispano-argentina tiene sus principales inversiones en Bolivia en el 50 por ciento que posee en la petrolera Andina, que a su vez controla un 25 por ciento de los 52,3 billones de pies cúbicos de gas que posee este país, cuyas reservas son las segundas de Sudamérica, por detrás de Venezuela.
Repsol-YPF es la única empresa con capital español afectada por el decreto y sus actuales contratos de explotación de crudo y gas en Bolivia le suponen el 2,5 por ciento de los beneficios y cerca del uno por ciento del resultado de sus operaciones.
Desde que Repsol YPF llegó al país a mediados de la década pasada, ha invertido cerca de 1.100 millones de dólares, ha pagado impuestos por 820 millones y ha conseguido unas ganancias netas de 250 millones. EFE
