Se ha estado hablando del problema haitiano y,  últimamente,  del de la frontera dominico-haitiana.  La parte dominicana se ha quedado sin nacionales,  poblándose en su totalidad por haitianos.  Alegan los dominicanos que no hay vida para sostenerse,  razón  que les obliga a emigrar a otras ciudades,  específicamente,  a Santo Domingo,  donde hay mucho de lo que carecen en su lar y así creen solucionar sus problemas inmediatos.

Ejemplo palpable:   La última vez que se construyeron apartamentos de bajo costo en San Pedro de Macorís fue en el año 2000,  cuando se “inauguraron” los que están frente a la Nueva Zona Franca.  Destaco con comillas la palabra inauguraron,  porque fueron entregados sin siquiera haberlos terminado.  Desde entonces,  han transcurrido nueve años y nunca más se ha vuelto a construir un complejo residencial en este municipio.

Los barrios marginados del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo están totalmente copados de dominicanos provincianos.  En un futuro,  quién sabe si todas las provincias se quedarán vacías y solamente habrá una “Gran Ciudad Capital”,  con una súper población descomunal.

No es la solución correcta porque, si hacemos un recuento de la trayectoria de los desalojos que se han efectuado en los ríos Ozama e Isabela de la ciudad capital,  notamos que ha resultado ser “un gran negocio” para los desalojados.  Les reubican en  apartamentos donados,   los venden y,  luego,  vuelven otra vez a las riberas de los ríos.

La frontera ha sido habitada,  alojada,  asentada y copada por inmigrantes haitianos.  Seguirán extendiéndose hacia las provincias más cercanas a la frontera y,  cuando vengamos a darnos cuenta,  estaremos totalmente ocupados.  Nos sucederá lo mismo que a  Palestina.   Los judíos fueron,  poco a poco, penetrando los terrenos palestinos y,  en un momento dado,   la fuerza guerrillera militar judía,  ayudada por otras potencias mundiales,  les usurparon el país y establecieron lo que hoy se conoce como Israel.    Esto es lo que se ve venir.

Desde que el mundo es mundo, han existido inmigrantes,  aunque no con la actual modalidad de  “invasores pacíficos”.  La penetración de haitianos se ha sucedido por siglos,  pero si  persisten y no se toman las medidas de lugar,   este sería “El principio del fin de la República Dominicana”.    Y ahí sí que no habrá diferencias entre provincias y ciudad capital.

Sólo somos DOMINICANOS y no pretendemos menospreciar a nadie,  pero lo que no podemos concebir es que,   países con mayores poderes económicos y  políticos,  privando en más papistas que el Papa,  pretendan endosarnos este “Gran Problema” sin asumir sus propias responsabilidades.   

¿Por qué Francia,  que fue su “inventor”,  no asume responsabilidades con Haití?  ¿Por qué Estados Unidos no se responsabiliza con México o España con Ceuta y Melilla en África?    Se han limitado a barajar las situaciones que por siglos han aquejado a estos pueblos y, hasta ahora, se han dado cuenta que se les ha hecho demasiado tarde.   Nosotros sí conocemos este problema,  pues hemos tenido que vivir toda la vida con él,   sin recibir la ayuda de nadie.