República Dominicana pudiera terminar financiando el terrorismo por el tráfico ilícito y contrabando

República Dominicana pudiera terminar financiando el terrorismo por el tráfico ilícito y contrabando

Emanuele Ottolenghi y Roberto Cavada.

República Dominicana pudiera convertirse en un país financiador del terrorismo por el crecimiento del comercio ilícito y contrabando en los últimos cinco años.

Es una situación que ya está pasando en otros países de América Latina y que se puede replicar en el país si no se toman medidas. Así lo ha retratado Emanuele Ottolenghi de la fundación para la Defensa de la Democracia y especialista en financiación de grupos terroristas y delictivos.

De acuerdo a los estudios de la fundación, el tráfico ilícito y contrabando es un instrumento de financiación de organizaciones terroristas como Hezbolá, “Gobierno de Dios”, la cual está patrocinada por el gobierno de Irán.

En una entrevista exclusiva para Telenoticias en Washington, detalló que organizaciones terroristas usan las ganancias del tráfico de drogas, trata de personas y del contrabando ilegal de varios productos como cigarrillos y bebidas alcohólicas.

En América Latina hay una presencia importante de comunidades islámicas vinculadas a estas actividades ilícitas, en especial en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay donde existe la mayor concentración del mundo de expatriados de Hezbolá.

La conclusión de Ottolenghi parte de años de investigación del contrabando en el continente americano, especialmente en la triple frontera donde la fragilidad fronteriza, la falta de regulación legal y los niveles de pobreza son muy similares a la convivencia entre Haití y República Dominicana.

Luego del terremoto en Haití en enero de 2010, el vecino país recibió ayuda de varias naciones del mundo, algunas de ellas llegaron con delegaciones musulmanas que se asentaron allí y formaron una comunidad que ha crecido y se ha vuelto relevante en su territorio.

“La presencia islámica también llega aprovechando esos problemas que hay en las ciudades de Latinoamérica: la pobreza, la ausencia del Estado en la periferia de los países y la criminalidad organizada”.

Ottolenghi señala que el tráfico ilícito y el contrabando para la financiación de terrorismo, muchas veces llegan disfrazados de actividades misioneras con servicios gratuitos y sociales en los que se involucra a los más necesitados y a personas de los niveles más bajos de la sociedad.

El representante de la fundación detalla que estas organizaciones terroristas ofrecen al crimen organizado local las redes globales para la distribución de las mercancías que ya trafican.

El tráfico ilícito que existe en la frontera haitiana podría ser caldo de cultivo para que la experiencia de la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay se repita en República Dominicana.

Según cifras oficiales, con el último parche fiscal del 2013 y el aumento de los impuestos, la industria legal de cigarrillos en República Dominicana sufrió caídas de más de un 25%, lo que ha sido suplantado por cigarrillos ilegales.

El nexo entre el contrabando y el terrorismo es que las ganancias que llegan de esas actividades ilícitas en parte van a financiar a organizaciones terroristas y en otra a la corrupción.

Hoy fueron más de 117 millones unidades de cigarrillos que entraron ilegalmente a República Dominicana en el último año por la frontera y los puertos de Haina Oriental y Multimodal Caucedo y que la aduana pudo incautar. Mañana pudieran ser también alcohol adulterado e incluso armas porque como considera el especialista, estas rutas de tráfico ilícito no solo sirven para un solo tipo de producto.

Al ser entrevistado  por  Telenoticias se transmite de lunes a viernes a las 2:00 de la tarde y 11:00 de la noche por Telesistema, canal 11, señaló que la gente no ve el contrabando de productos como un problema tan serio como el tráfico de drogas o la trata de personas, pero sí lo es porque hay una infraestructura que puede ser utilizada para otros tráficos.

“En el momento que esta ruta se abre, las organizaciones criminales llegan, la usan y llevan crimen, matanza, daño a la seguridad personal y economía del país”.

Para Emanuele Ottolenghi, si bien el comercio ilícito y el contrabando dañan la economía, son menos los ingresos al Estado por concepto de impuestos, y afecta hasta la salud de los consumidores por productos de dudosa procedencia y adulterados, hay algo mayor que es que poco a poco el crimen organizado corrompe a toda la sociedad.

El comercio ilícito y el crimen organizado pudieran ser una plaga difícil de atacar, pero en opinión de Ottolenghi una solución es legislar. También educar, invertir muchos recursos y cooperar con otros países para la profesionalización de las fuerzas del orden que pueden verse corrompidas por estas actividades ilícitas.

Para  Ottolenghi la preocupante situación del comercio ilícito en República Dominicana, su vecindad con Haití, la frontera débil y los vínculos de la economía dominicana con Estados Unidos es suficiente para actuar con urgencia.