República fallida

República fallida

La República Dominicana ha recibido una nueva credencial de que su Estado es fallido. Ha sido el producto de diferentes puntuaciones realizadas por instituciones serias, competentes y conocidas: Foreing Policity y Fund for Peace. No fue una calificación resultado de una predisposición o discriminación, ni una obra del azar. Fue el producto de doce indicadores que le fueron aplicadas a todos los países del mundo.

Indice que se realiza entre otros por dichas instituciones, como reconocimiento de países más desarrollados globalizados, etc. El Estado Dominicano recibió una puntuación muy negativa en «Comportamiento de sus Elites» (léase políticos, militares, empresarios, sindicales, intelectuales, religiosos, etc.); Presión Demográfica; Intervención Extranjera; Servicios Públicos, Derechos Humanos y Compartición de la Riqueza.

Tristemente la respuesta como en otros casos: embajador norteamericano, Touralne y el reciente informe del PNUD ha sido silencio o el mirar para otro lado. Y uno que otro funcionario o relacionador público que denoste el índice o que exprese que no creen eso. Y algunos bien intencionados decir que creen que es posible, pero hay que mirar el asunto con optimismo. Posición también poco ajustada a la realidad, ya que el optimismo tiene que ser sustentado con el propósito de hacer los cambios de lugar y no dejárselo a la Virgen de la Altagracia. Pero todo ello sin presentar un panorama diferente sobre los puntos álgidos del Indice, ni los elementos de conquista contra los puntos oscuros de nuestra sociedad, entre ellos la permanencia y continuidad de la corrupción, la impunidad, el tráfico de drogas, la delincuencia y el comportamiento de las mismas autoridades que han sido creadas para perseguir crímenes y delitos, y sin embargo participan en ellos.

Un Estado fallido es el que no responde a las expectativas de sus creadores. Lease los Trinitarios, Restauradores, etc.; el que no responde a las expectativas y necesidades de sus actuales ciudadanos; el que no asegura una vida fácil a las nuevas generaciones. De la condición de que algo falla en el Estado Dominicano,no se puede negar que hay inquietud, porque eso lo tenemos en las conversaciones diarias en la casa, con los amigos, en la calle, en la radio, en las iglesias, etc, y no creemos que todo el mundo esté equivocado. En verdad, es triste estar en compañía del Congo, Corea del Norte, Haití, etc. pero el problema no son los índices sino el comportamiento nacional. No es culpa del médico que diagnostique una mala enfermedad.

Y el problema no es solo que estemos en un mal lugar en el índice sino que no reconozcamos la enfermedad y no hagamos lo posible para curarnos. Foreign Policity, como otros tantos nos hacen un favor. Lo demás está de este lado.

Tenemos grandes oportunidades: el año que viene y los otros años se hará nuevamente el Indice, vamos a ver como quedamos. No hacemos nada con cambiar el médico o sobornarlo para que diga que el paciente está bien. La alternativa es la oportunidad de demostrar que ya no estamos en esa situación y eso solo puede lograrse con una gran presión de lo que queda sana de la sociedad. A través de Foros, Movimientos, vigilancia continua de cómo se está trabajando en cada uno de los indicadores negativos. Con claridad, sin politiquería, sin demagogia, Sacandonos si fuera de lugar las muelas malas, aunque nos duelan.

Estamos de acuerdo, la República Dominicana no merece un Estado fallido. No es un asunto de pintar la fachada, sino de poner las instituciones, los Poderes y los ciudadanos a trabajar para levantar un Estado que sean buen Gerente y honesto. Lo demás es más de lo mismo y darnos a nosotros mismos un empujón para deslizarnos del puesto del índice número 19 más para abajo.

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