El republicano Kevin McCarthy no logró ser elegido presidente de la Cámara Baja de Representantes de Estados Unidos en la primera votación celebrada este martes durante el arranque del 118 Congreso por la oposición de varios miembros de su propio partido.
McCarthy necesitaba 218 votos para ser elegido el “speaker” de la Cámara Baja y solo consiguió 203 y no fue elegido a la primera -algo que no ocurría desde hace un siglo-, por lo que tendrán que celebrarse sucesivas votaciones hasta que el candidato cuente con la citada mayoría necesaria.
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Ya antes de entrar en el pleno, el congresista californiano había admitido que no contaba con los votos suficientes para convertirse en el nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, aunque aseguró que seguirá dando la batalla para conseguirlos.
El candidato demócrata, Hakeem Jeffries, de Nueva York, obtuvo 212 votos mientras que los republicanos que se rebelaron contra McCarthy propusieron a otro candidato, el congresista ultraderechista de Arizona Andy Biggs, que obtuvo 10 votos.
Un total de 9 congresistas no votaron por ninguno de ellos y faltó el voto del legislador demócrata Donald McEachin, fallecido en noviembre.
A continuación, tendrán que celebrarse sucesivas votaciones hasta que algún candidato alcance la mayoría. De no lograrlo, los republicanos, que controlan la mayoría con 222 de los 435 escaños, se verían abocados a presentar un nuevo candidato.
La última vez que se necesitó más de una votación para elegir al “speaker” fue hace exactamente un siglo. En 1923, el presidente de la Cámara fue elegido en una novena votación, mientras que en 1869 se logró tras 60 votaciones, un proceso que se alargó durante dos meses.
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La Cámara no puede dirimir ningún asunto hasta que sea nombrado el “speaker”, que es la tercera autoridad de Estados Unidos, después del presidente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, quien también preside el Senado.
La revuelta contra McCarthy ha sido liderada por un pequeño grupo de legisladores ultraconservadores agrupados en el llamado Freedom Caucus.
Algunos de ellos comparecieron ante los medios para confirmar que no iban a apoyar a McCarthy y reprochar que el candidato a presidir la Cámara pretendiera su “sumisión” sin condiciones, en palabras del representante por Florida Matt Gaetz.
El congresista californiano Scott Perry recordó que hace tiempo le enviaron a McCarthy sus demandas, como el cambio de reglamento de los debates o los nombres que quieren poner al frente de los comités de la Cámara, pero este no ha querido negociar hasta última hora.
En sus declaraciones a la prensa, McCarthy criticó que haya miembros de su partido que se oponen a su nombramiento porque piensan más “en sus cargos que en el país».
“Probablemente tendremos una batalla en el pleno, pero la batalla es por el partido y por el país, y voy a librarla”, expresó el congresista por California.
En el juego está la sustitución de Pelosi, quien ha presidido la Cámara Baja en dos períodos (2019-2023 y 2007-2011) y que anunció que deja el liderazgo de la bancada demócrata tras la derrota electoral.
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El nuevo Congreso estadounidense inicia esta nueva legislatura con la previsión de que los dos últimos años de mandato del presidente, Joe Biden, se vean obstaculizados por la oposición republicana.
Aunque los republicanos ganaron las elecciones a la Cámara de Representantes en noviembre pasado, la victoria de los conservadores fue mucho menor de la que muchos preveían.
Además, los demócratas no solo consiguieron retener la mayoría en el Senado, sino que ganaron un nuevo escaño.
Los republicanos moderados culpan del insuficiente desempeño electoral a la influencia del expresidente Donald Trump (2017-2021) en los comicios, mientras que el ala dura lo atribuye a la campaña diseñada por McCarthy.