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WASHINGTON. AFP. Los congresistas del Partido republicano acentuaron ayer la presión sobre la Reserva Federal estadounidense, publicando una carta dirigida a su presidente Ben Bernanke, en la que expresan «profunda inquietud» sobre la política monetaria.
«Escribimos para expresar nuestra profunda inquietud luego del reciente anuncio de compras adicionales por parte de la Reserva Federal de obligaciones emitidas por el Tesoro de Estados Unidos», afirman cuatro líderes opositores al presidente Barack Obama.
«Tal medida presenta una incertidumbre considerable sobre la solidez futura del dólar y podría culminar en una inflación difícil de controlar, engendrando potencialmente burbujas especulativas que podrían provocar nuevas perturbaciones económicas», agrega la misiva.
Los congresistas aluden al plan adoptado el 3 de noviembre para inyectar 600.000 millones de dólares en el sistema financiero de aquí a junio, a través de la compra a los bancos de bonos de deuda del Tesoro.
Los firmantes son el casi seguro nuevo presidente de la Cámara de Representantes John Boehner, el probable presidente del grupo mayoritario republicano en la Cámara baja, Eric Cantor, así como el líder y el número dos republicano en el Senado, Mitch McConnell y Jon Kyl.
El martes, el Representante republicano Mike Pence, presentó un proyecto de ley para retirar a la Fed su cometido de luchar contra el desempleo, que le fue atribuida en 1977, a fin de que se concentre en la inflación.
Warren Buffett la defiende
Nueva York. EFE. El estadounidense Warren Buffett, el inversor más conocido del mundo defendió y agradeció ayer la respuesta que las autoridades de Estados Unidos ofrecieron ante la crisis económica desatada en 2008. En una carta abierta que publica el diario The New York Times y que el famoso financiero dirige al Tío Sam, Buffett da las gracias al Gobierno estadounidense por estar a la altura con su actuación cuando se desató una fuerza económica destructiva como nunca se había visto en generaciones». Así se refiere Buffett al fatídico septiembre de 2008, cuando uno de los gigantescos bancos de inversión de Wall Street (Lehman Borthers) se había declarado en quiebra y los otros tres estaban a punto, al tiempo que AIG, la aseguradora más famosa del mundo, estaba a las puertas de la muerte». Todas las fichas del dominó del sector empresarial estadounidense estaban alineadas, preparadas para tumbarse a la velocidad de la luz, expresó.
