Republicanos temen su política en Irak signifique una derrota en casa

Republicanos temen su política en Irak signifique una derrota en casa

POR EDWARD LUCE Y ANDREW WARD
Hablando para Fox News, la radiodifusa conservadora de Estados Unidos, en su visita e Bagdad el jueves, Dick Cheney dijo: “No nos eligieron para que solo nos preocupáramos por el destino del Partido Republicano. Nuestra misión es hacer todo lo que podamos para vencer […] a uno de los rivales más malvados que hemos enfrentado”.

En Washington, los colegas republicanos de Cheney están mostrando una irritación creciente con la lógica del vicepresidente sobre la guerra en Irak. El jueves 11, legisladores republicanos moderados advirtieron a  George W. Bush que su apoyo a la “marea” de tropas en Irak se estaba agotando rápidamente. Tom Davis, un congresista de Virginia del norte, dijo que el presidente de Estados Unidos, que en una parte del distrito que él representa en  la Cámara solo 5% respalda su estrategia en Irak.

La misma inquietud es válida con una fuerza aún mayor sobre los republicanos en el Senado que tienen 21 de las 33 sillas senatoriales que estarán en disputada en las elecciones congresuales del año próximo. Muchos demócratas creen que ellos podrían mejorar su estrecha mayoría el año próximo en el Senado de 51-49 hasta una ventaja de 60, a prueba de obstruccionistas. 

Tal es la confianza del Partido Demócrata que algunos de sus miembros están hablando de producir el mismo tipo de escisiones en el Partido Republicano que dañaron tanto los destinos electorales de su propio partido, después de la guerra en Vietnam, hace una generación. “Hay muchas personas en el lado republicano que no se sienten bien con la situación”, dijo Trent Lott, un líder republicano del Senado, por lo general, de línea dura.

Como resultado, los legisladores republicanos ahora se preguntan en voz alta sobre el contenido del “Plan B” de la guerra en Irak que los funcionarios y generales del Pentágono han indicado que entregarán en septiembre, si el incremento en las tropas no logra sus propósitos. Más de 300 soldados estadounidenses han muerto desde que Bush revelara “la nueva vía para avanzar” en enero.

 “Siempre ha existido La suposición de que Bush estaba planeando traspasarle la guerra en Irak a su sucesor y que los republicanos del Congreso lo apoyarían”, dice Charlie Cook, un importante analista político. “Pero eso parece que se pone más difícil con el paso de los días. Podríamos enfrentarnos a una situación similar a la de Nixon en 1975, en la     cual los más importantes republicanos se impongan a Bush para que cambie el curso”

La semana pasada, un sondeo de Newsweek situó el    rango de aprobación de Bush en una nueva baja de 28%, que lo convierte en el presidente menos popular desde que Jimmy Carter registrara cifras similares durante la crisis de los rehenes en Irán, en 1979. Casi dos tercios de los entrevistados expresaron que las acciones del presidente en Irak demostraban que es “terco y no está dispuesto a admitir errores”.

Una medida aún más fuerte del descenso de Bush dentro de su propio partido se produjo la noche del jueves, cuando se dirigió a la convención oficial del partido en una recaudación de fondos en Washington. “Nuestra misión es retener la Casa Blanca en 2008 y retomar el Senado y la Cámara”, expresó el mandatario.

Bush logró recaudar US$10,5 millones para su partido en el evento, en contraste con los US$17 millones el año pasado y US$38,5 millones el año antes.

Por primera vez en muchos años, el campo presidencial demócrata y el liderazgo congresual demócrata están recaudando más fondos que sus rivales en cerca de 50%.

Durante los próximos días, Bush tendrá otra oportunidad para demostrar su inmunidad a la reacción contraria de la población estadounidense contra la guerra en Irak, cuando el Congreso lo envíe su segunda versión del proyecto de ley de financiamiento de las guerras en Afganistán e Irak que el vetó en su primera encarnación el mes pasado.

En esta ocasión, el liderazgo demócrata del Capitolio ha eliminado las fechas para la retirada de las tropas que provocaron el veto inicial de Bush. Sin embargo, el proyecto de ley es probable que siga conteniendo artículos que Bush podría encontrar ofensivos. Los demócratas, que han mantenido la unidad a pesar de la presión de las bases para cortar todo tipo de financiamiento a la guerra, creen que su moderación atraerá más republicanos a su lado.

 “Este es el debate político de EEUU más importante desde el periodo de Vietnam entre 1968 y 1973”, dice Richard Holbrooke, un importante asesor en política exterior de la campaña presidencial de Hillary Clinton y posible futuro secretario de Estado. “Por primera vez en la historia de EEUU, el próximo presidente llegará al cargo heredando dos guerras en curso, en Afganistán y en Irak, y esa es la situación en que estamos”.

Mientras tanto, Bush sigue buscando alguien creíble que llene el nuevo puesto de “zar” de la guerra en Irak, en la Casa Blanca. Se dice que hasta seis generales han rechazado las  ofertas de la Casa Blanca.

“Habría que ser demasiado patriota para aceptar un cargo como ese en momentos como estos”, dice Cook.

LA retirada antes de tiempo es peligrosa

Una partida prematura de Irak podría a dejar todo el Oriente Medio en un miasma desecho por la guerra, advirtió Brent Snowcroft, uno de los críticos más poderosos de la invasión inicial en 2003.

El general Snowcroft, asesor de Seguridad Nacional bajo los presidentes Gerald Ford y George Bush padre, cuanta con credibilidad significativa, como un veterano republicano pragmático y opositor desde el principio, en 2002 y 2003, de la guerra en Irak. Subrayó entonces sus dificultades y peligrosas consecuencias.

Sin embargo, hoy el general Snowcroft, quien encabeza el Grupo Snowcroft, con sede en Washington, está igualmente preocupado porque el precio de abandonar Irak antes de tiempo no sea valorado suficientemente, y que pudiera conducir a un resultado aún más peligroso.

 “Los costos de quedarse son visibles: los costos de salir casi nunca se discuten”, dijo. Si salimos antes de que Irak sea estable, todo el Oriente Medio podría empezar a parecerse al Irak de hoy. Salir de Irak no es una solución”.

Dijo que EEUU solo debe retirarse cuando l región pueda lidiar con el problema. La clave para eso es una solución del conflicto árabe- israelí”.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE IVÁN PÉREZ CARRIÓN

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