CARACAS (EFE).- La oposición venezolana expresó ayer un rechazo implícito al llamado frontal a la violencia para acabar con el gobierno del presidente Hugo Chávez, hecho por el ex gobernante Carlos Andrés Pérez, y ratificó que seguirá la vía electoral.

   «No crean que el triunfo lo vamos a obtener simplemente pensando que el contrincante se va a rendir con facilidad; tenemos que derrotarlo haciendo uso de los 8.300 centros de votación, de todo el poder de la gente a través del voto» en el referendo revocatorio del mandato de Chávez, el 15 de agosto, expresó el máximo líder de la alianza opositora Coordinadora Democrática, Enrique Mendoza.

   En un discurso ante un grupo de mujeres «antichavistas», Mendoza destacó la presencia allí de la ex esposa del antiguo gobernante, Blanca de Pérez, quien aplaudió el implícito rechazo al uso de la violencia contra Chávez, como lo propuso su ex marido.

   En una entrevista  efectuada en Miami y publicada el domingo por un diario nacional, Pérez, quien gobernó entre 1974-1979 y 1989-1993, dijo que «Chávez debe morir como un perro», que el referendo «es un fracaso» y que «el 15 de agosto no se resolverá nada en Venezuela».

   «Esa no es la vía», añadió y admitió: «Yo estoy trabajando para sacar a Chávez. La vía violenta permitirá sacarlo. Es la única que tenemos. Yo soy una parte de ese batallón. Así como lo oye debe entenderlo: yo soy parte de ese batallón», subrayó.

   Pérez también dijo que tras el eventual derrocamiento violento de Chávez se requerirá «una etapa de transición de dos o tres años», lapso en el cual «hay que cerrar la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia también» y efectuar cambios en la Fuerza Armada.

   Mendoza reiteró, a su vez, que a Chávez «lo vamos a derrotar en el terreno que tenemos que derrotarlo: hay que meterle votos».    En ese sentido, convocó a los electores de la oposición, al igual que Chávez lo hizo con sus partidarios recientemente, a congregarse en los centros de votación desde la madrugada del 15 de agosto.

   Las declaraciones de Pérez fueron comentadas el mismo domingo por Chávez, quien llamó a la oposición a tomar distancia de ellas y sostuvo que su antecesor, a quien intentó derrocar en 1992, es «el mentor de la oposición más radical».

   El vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, acusó a Pérez, a su vez, de ser «el operador, el gestor político de la Coordinadora Democrática en el extranjero».

   «El es quien busca el financiamiento en EEUU, quien hace el »lobby»; el oráculo de la oposición desde Miami, quien monitorea a la oposición desde Miami y está mandando un mensaje que instiga a la violencia, porque ellos no creen en el referendo sino en una salida violenta», reiteró.