Repudian política migratoria ricos

Repudian política migratoria ricos

ROSTOCK, Alemania,  (AFP) – Cuando faltan tres días para la cumbre del G8 en Alemania, los militantes antiglobalización protestaron en Rostock (noreste) contra la política de inmigración de los países ricos con una manifestación empañada por disturbios causados por unos 400 enmascarados, según la policía.

 Mientras tanto la canciller alemana, Angela Merkel, intensificaba los contactos diplomáticos.

 Tras la gran manifestación del sábado que congregó a entre 30.000 personas, según la policía, y 80.000 según los organizadores, unos 20.000 opositores al G8 se han quedado en Rostock para participar esta semana en las protestas, cada una de ellas dedicada a una temática. La jornada del lunes giraba en torno a la migración, a la apertura de las fronteras y a las expulsiones de los inmigrantes clandestinos. Unos 1.000 militantes antiglobalización, según la policía, levantaron barricadas ante la oficina de inmigración en Rostock para protestar contra el trato que reciben los exiliados y los inmigrantes.

 Por primera vez desde los violentos enfrentamientos registrados el sábado, unos 400 «alborotadores» lanzaron botellas y se enfrentaron a cientos de policías al margen de una manifestación pacífica, según fuentes policiales. Las fuerzas de seguridad detuvieron a cuatro personas.

 Aparte de la manifestación, los activistas se darán cita frente a un edificio de las afueras de Rostock, donde un grupo de exiliados vietnamitas fueron atacados por neonazis en 1992. A lo largo del día también se manifestarán ante un centro de acogida de refugiados.

 El martes darán «un paseo contra el militarismo, la guerra y la tortura», ante los edificios militares de la misma ciudad, en la que el domingo desfilaron con tractores para pedir «una agricultura sin OGM».

 La policía, convencida de que quedan unos 2.000 extremistas violentos en Rostock, sigue muy presente en las protestas, pese a su desarrollo pacífico, para prevenir disturbios.

 Los organizadores y los políticos alemanes condenaron los actos violentos que el sábado dejaron un millar de heridos, entre ellos 433 policías. El domingo por la noche un tribunal dictó auto de prisión contra nueve presuntos alborotadores, a los que la fiscalía acusa de «heridas corporales graves» y de «alterar el orden público». Entre el 15 y 20% de los detenidos el sábado eran extranjeros, afirmó el ministerio del Interior.

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