La conciencia de América no debe ceder un centímetro en rechazarlo. La brutal deposición del Presidente de Honduras Manuel Zelaya hiere hondamente a la democracia. Y esa herida debe restañarse con el regreso inequívoco a la normalidad constitucional que él encarna. La participación de congresistas y jueces hondureños como promotores o cómplices de la acción directa de los soldados enmascarados hace de la asonada un acto más condenable. Desplazando a Zelaya con sofismas para que pareciera una consecuencia aceptable de sus supuestas faltas, los golpistas de Honduras contribuirían a establecer un precedente que sería funesto para la comunidad de naciones del continente.
En todas sus implicaciones y posibles consecuencias, la obra anti democrática de Tegucigalpa es absolutamente condenable. El sistema interamericano dispone de manera expresa, en tratados multilaterales como la Carta Democrática, efectivos instrumentos para dar una respuesta muy contundente a lo que se delata como un intento de retroraer a los tiempos del militarismo y la dictadura que tanta víctimas inocentes causaron incluso en países de tradición democrática como Chile y Argentina. El gobierno de facto de Honduras es deshonroso. El presidente legítimo tiene que regresar al solio, restauración de mandato que fue lograda en recientes casos parecidos.
Reverencia para el magisterio
Hoy es Día del Maestro, fecha para distinguir y exaltar la labor de quienes tienen sobre sus hombros la misión de llevar la luz del saber a nuestros conciudadanos. Es ocasión también para reflexionar sobre la necesidad de que el educador esté siempre asistido a plenitud de los recursos que hagan fructífera la enseñanza, comenzando por los niveles en que el Estado está más obligado a brindar a la nación.
El maestro en ejercicio debe disponer de tiempo para mejorar su formación con programas complementarios de ciencia y pedagogía, para lo cual su horario de trabajo deber de una sola tanda diaria. El docente deber ser liberado de recurrir a dos más tareas remuneradas para completar el ingreso mínimo de subsistir. Algunas de las deficiencias del aula dominicana se derivan de la falta de espacios y medios para que el maestro ascienda en calificación. Que el gobierno no se limite a elogiar al maestro. Que hable con hechos a su favor.