Réquiem para la COPAL

 Réquiem para la COPAL

Acabamos de regresar de Yaoundé, República de Camerún, en donde representamos al país en la 75º. Asamblea General de la Alianza de Países Productores de Cacao  (COPAL), que tuvo lugar en esa ciudad del 8 al 12 del mes que discurre. 

En el transcurso de la misma, también se festejó el Quincuagésimo Aniversario de esa organización fundada en 1962 por Brasil, Camerún, Costa de Marfil y Nigeria, en donde quedó establecida  la sede, países que eran en ese entonces los mayores productores de cacao.  Posteriormente se unirían Togo, Gabón,  Sao Tomé y Príncipe en el continente africano, Ecuador, México, Trinidad y Tobago y la República Dominicana en el continente americano, y Malasia en el continente asiático.

   Los problemas de la organización  se iniciaron cuando Nigeria, país que había ofrecido la sede, inexplicablemente tardó más de 40 años en otorgarla.  México fue  forzado a salir de COPAL luego de su participación en el TLC con los Estados Unidos de América y Canadá.  De su parte, también el Ecuador hubo de retirarse después de sufrir grandes pérdidas en sus cosechas como consecuencia de la corriente de El Niño y no poder pagar las cuotas.  Caso similar ocurrió con Trinidad y Tobago.

 El pago de las cuotas por concepto de los derechos al voto se incrementó de manera desorbitada, ya que las cuotas de los países renunciantes debían ser cubiertas por los restantes miembros.  En el año 2002, la posición vacante de Secretario General Adjunto fue ocupada por Anuar Khabar de Malasia.  Al retiro por antigüedad del Secretario General Hope Sona Ebai, se pensó que dicho cargo lo ocuparía el malayo.  Sin embargo, Costa de Marfil presentó al señor Nanga Coulibaly, un investigador de la organización como su candidato a Secretario General,  decisión que  disgustó al gobierno de Malasia, ya que al ser derrotado abrumadoramente, optó porque éste no fuera vejado al tener que aceptar que un subalterno suyo ocupase el puesto de Secretario General, lo cual motivó la renuncia irrevocable del Gobierno de Malasia de la COPAL.

   Nuestro país notificó al Secretario General, que si seguía aumentando nuestra cuota de participación, la Comisión Nacional del Cacao, responsable de la política cacaotera nacional e internacional, optaría por renunciar a la organización.  La advertencia cayó en saco roto y nos doblaron la cuota.  Resultado de esto, la República Dominicana en Yaoundé, renunció irrevocablemente como miembro titular de la COPAL.

   Brasil, país fundador de la Alianza en 1962, también alberga serias dudas sobre su continuación como miembro, especialmente después de nuestra partida.  La problemática se presentará cuando la cuota de Malasia, de la República Dominicana y de Sao Tomé y Príncipe, país al cual sus fraternos hermanos de África, indulgentemente le han aceptado el no pago de cuota por membresía en los últimos 26 años,  acumulando una astronómica deuda de US$462,914.00, suma que nunca pagarán, sea prorrateada entre los miembros restantes en la organización.

   En la COPAL, el Reglamento que otorga privilegios a sus empleados ha sido hábilmente manipulado para simular  una institución dependiente de las Naciones Unidas. Esto ha motivado que entre el Secretario General  en retiro y el Financiero que renunció para obtener un trabajo mejor, pero en virtud de su contrato, tiene derecho a las indemnizaciones laborales; así como, el Secretario General Adjunto de Malasia, estén reclamando una suma superior a US$600,000.00, lo cual tiene virtualmente quebrada a la COPAL, que para hacer frente a estas reclamaciones tuvo que utilizar el Fondo de Reservas de la organización y además la donación de US$500,000.00 que había generosamente aportado el gobierno de Nigeria para la promoción genérica del consumo de cacao.

   Ante este sombrío panorama, creemos que la COPAL se convertirá en una organización Panafricana, ya que los miembros de África Occidental que permanecen en ella, significan el 65% de la producción mundial de cacao.  Además, la cercanía entre ellos, es propicia para la celebración de conferencias, reuniones, talleres y seminarios, que tanto les gustan.

   Nuestro país, después de más de 26 años de membresía titular, al igual que Malasia, dijo adiós en Yaoundé, precisamente en la celebración de sus 50 años; sin embargo, dejó la puerta abierta como productor de cacao  para  participar en cualquier acción que en conjunto se necesite, para defender lo que nos unió:  EL CACAO.  

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