Réquiem por el CONARE

<P>Réquiem por el CONARE</P>

I de II

El pasado día 7  el Presidente Medina suprimió el Consejo Nacional de Reforma del Estado (CONARE), junto a otros dos organismos para   Modernización de la Justicia y Ejecución del Código Procesal Penal.

El CONARE lo creó el primer gobierno de Leonel Fernández (1996-2000), con  el cual éste presentaba una imagen de modernizador, llamado “Comisión Presidencial para la Modernización y Reforma del Estado” (COPRYME), encabezada por el Lic. Onofre Rojas, quien con un grupo de técnicos calificados impulsó estudios y discusiones muy participativas sobre Reformas Fundamentales, como la Constitución, la Policía Nacional, la Descentralización, los Partidos Políticos y la participación social; así como  otras reformas menores.

Esas gestiones dieron lugar a publicaciones valiosas,  aunque pocas pudieron llegar a proyectos concretos.  Para esas actividades se pudo contar con un programa inicial de apoyo de la Unión Europea (PAIRE), por cerca de  un millón de dólares, al que seguiría otro mayor (PARME) para los años siguientes.

A mí me correspondió continuar los trabajos de ese organismo del 2000 al 2004, entonces rebautizado como CONARE, para significar su carácter nacional y que pretendía  hacer realmente reformas, con rango de Secretaría de Estado,  no simplemente  modernización.

En el 2004,  a mi insistencia porque tardaba, fue designado Director el Dr. Marcos Villamán, lo que celebré por sus condiciones morales e intelectuales, quien estuvo en  funciones hasta el día del Decreto de su cierre, pues al parecer no participará en su clausura en dos meses.

En ambos casos, la transición de mandos se hizo con la mayor transparencia y respeto al trabajo y a los técnicos. Así, la mayor parte  de quienes laboraban en el COPRYME quedaron en el CONARE, excepto aquellos con clara vocación partidaria, que  preferían optar por otros trabajos; y del mismo modo ocurrió al traspasar yo la dirección en el 2004, porque  no había nada que ocultar.

De las tres administraciones del CONARE  yo tuve la ventaja de aprovechar las gestiones iniciales del período anterior y pude realizar una tarea significativa, ya que en los ocho años siguientes, aunque se recibieron fondos cinco veces superiores a los que recibíamos y la dirección más  de seis veces mí remuneración; no le dieron espacio político para encaminar gestiones fundamentales de reforma, excepto una consulta nacional sobre la reforma constitucional, cuyos resultados desgraciadamente no fueron tomados en cuenta por el Presidente, pues impuso un modelo de monopolio del poder.

El nivel de propuestas y realizaciones que pudimos alcanzar en CONARE, no obstante las limitaciones  y oposición que hubimos de enfrentar,  puede calificarse de impresionante, de lo cual podemos sentirnos satisfechos; como se desprende de la rápida revisión que hacemos en una segunda parte  del artículo que aparecerá el próximo domingo.

Completada la contrarreforma del gobierno del 2004-2012, creo que se justifica la supresión del CONARE; aunque no es ahí que se lograrán los ahorros que requiere para poder hablar de austeridad, sino en la Presidencia, Relaciones Exteriores, y los múltiples organismos de política social y económica, obras públicas, transporte, política agrícola, cultura y seguridad, entre otros; porque  en lo cuantitativo las unidades eliminadas son solamente un pellizco en la extensa burocracia que existe en  el gobierno.

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