Réquiem por el PRI

Réquiem por el PRI

[b]Señor director:[/b]

El Partido Revolucionario Independiente (PRI), organización política fundada el 26 de Enero de 1990 por el extinto líder, ido a destiempo, licenciado Jacobo Majluta Azar, surgió como consecuencia de las luchas internas del PRD, desatadas a partir del año 1986 en la que el entonces Presidente de la República prefirió permitir que el candidato del principal partido opositor accediera al Poder Político antes que su propio compañero de partido.

A raíz de esta calamitosa situación, que dicho sea de paso, le costó al PRD mantenerse como partido de oposición durante 14 largos años, el PRI, con Jacobo a la cabeza, y sin pretender pecar de inmodestia, albergó en sus filas a la mejor parte del PRD, puesto que todo el país conoce de la sensatez, el buen juicio y los enormes sacrificios que Jacobo Majluta tuvo que hacer en pro del mantenimiento de las instituciones democráticas.

Después de la muerte de Jacobo, nuestro partido ha venido en franco, permanente y progresivo deterioro hasta el punto que se acerca a su total extinción. La falta de un liderazgo capaz de suplir, aunque sea provisionalmente, la ausencia de Jacobo, ha conllevado que sus luchas internas, que deben ser normales en toda institución política, lleguen hasta el punto en que todos aquellos que se sienten no haber salido vencedores en las contiendas internas, han decidido tomar el camino de la salida de la organización.

Dirigentes como Héctor Guzmán, Alberto Atallah, José Ovalle, Ramón Alma, Stormy Reynoso, Juan Pablo Uribe, Diego Rivera, Iván Rondón y Ligia Leroux, entre otros tantos han decidido durante los últimos 8 años trillar otros caminos, puesto que la conducta de arrogancia de los que ganan es proporcionalmente igual a la intolerancia de los que no ganan.

En las elecciones que recién concluyen, nuestro partido tocó fondo como era de esperarse: las ambiciones personales y los desvaríos quijotescos de sus principales dirigentes impusieron una candidatura «independiente» cuyo único logro fue hacer descender al partido de poco más de 40,000 votos obtenidos en las elecciones de medio tiempo a tres mil y tantos votos en estas elecciones, haciendo descender la organización desde un cuarto lugar a un décimo octavo.

La enorme inversión de los recursos del partido, hecha únicamente en la proyección de la candidatura presidencial, sin que esto haya estado acompañado del fortalecimiento de la estructura partidaria a nivel nacional mediante la proporción de los medios prácticos a los dirigentes de todo el país para que estos puedan salir a buscar los votos de toda aquella gente que simpatizó con Jacobo, en el entendido incorrecto de querer competir en este ámbito con los candidatos de los partidos mayoritarios, produjo un enorme desaliento y falta de motivación en la mayor parte de la dirigencia del partido y con ello la vergonzosa votación obtenida.

Es paradójico ver que candidaturas que no hicieron ni la décima parte de la inversión que hizo el PRI en publicidad, hayan obtenido una votación mucho mayor, lo cual hace replantear el tema del financiamiento de las campañas políticas y con ello un monitoreo y supervisión exhaustiva de la forma en como son invertidos los recursos que suministramos todos los contribuyentes. Esperamos que el tema de la reforma a la Ley Electoral contemple estos aspectos y fortalezca el sistema de rendición de cuentas de los gastos hechos por los partidos políticos en períodos electorales y no electorales.

No es cierto que el descenso del partido se debió a que muchos de sus dirigentes apoyaran la candidatura de Hipólito Mejía, como se pretende establecer ahora para tratar de justificar lo injustificable, como tampoco es cierto que el PPH sonsacara miembros del partido a cambio de prebendas o cosas como esas. Lo cierto es que la mayoría de la matrícula del partido votó voluntariamente por el PRD porque se sentía y se siente identificado con su candidato el ingeniero Hipólito Mejía quien dispensó un trato especial a nuestro partido haciéndolo parte de su gobierno sin tomar en cuenta la votación que este le aportó en las elecciones del año 2000. La verdad es que el PRI en pleno se sentía parte comprometida de ese proyecto desde el principio, hasta el punto que quien sustentó la candidatura del PRI y quien llenó de epítetos al PPH, fue el mismo que ocupó cargos públicos durante más de 3 años y quien propuso en una de nuestras convenciones que si Hipólito Mejía decidía postularse por un nuevo período podía contar de antemano con el apoyo del PRI.

Sostener una candidatura presidencial es algo más serio que un juego de niños, se debe ser capaz de manejar adecuadamente las pasiones y los resentimientos, implica autocrítica, razonamiento objetivo y un monitoreo permanente del crecimiento en la intención del voto de la propuesta electoral que se le pretende presentar al pueblo dominicano como alternativa de solución a sus problemas centenarios.

Quien dirige, si dirige de manera responsable, tiene la obligación de conducir a quienes dirige por el camino del éxito. Todas las organizaciones políticas que honraron el compromiso de gratitud con el PRD en el pasado proceso electoral, quedaron bien colocadas en términos de votación si se toma en cuenta la realidad que nos golpeó a todos. Hasta partidos recién nacidos obtuvieron una votación importante.

Nuestro partido, por desgracia, siguió un camino equivocado y por ello tendrán que pagar un precio quienes cometieron tales dislates. Lo único que esperamos es que en medio de toda esta confusa y turbulenta situación no perezca la memoria de nuestro inolvidable Jacobo Majluta.

Atentamente,

Abelardo Mueses

Publicaciones Relacionadas

Más leídas