Réquiem por la Ciudad Sanitaria

Réquiem por la Ciudad Sanitaria

Millizen Uribe

En el año 2013, el Gobierno del presidente Danilo Medina decidió construir la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar. Se trató, desde el principio, de una obra bastante ambiciosa: 13 edificaciones (10 nuevas); 152.000 m2,  800 camas para internamientos, 90 de emergencia y 160 de cuidados intensivos, 52 quirófanos, tres bancos de sangre, cuatro laboratorios clínicos, un piso para quemados, una unidad para personas con accidentes cerebrovasculares, un centro de oftalmología con quirófano, entre otras novedades.

Esa decisión se tomó conjuntamente con la errónea iniciativa de reconstruir 56 hospitales al mismo tiempo, lo que debilitó la red hospitalaria, disminuyendo los ya deficientes servicios de los centros sanitarios públicos. Pero, la decisión se tomó y, ocho años después, esta es la fecha en que todavía ese complejo no está operando a su máxima capacidad.

Recientemente, tras protestas del Colegio Médico Dominicano, las autoridades abrieron el edificio de Consultas Externas en 28 especialidades. Sin embargo, esto aún es poco con la capacidad de servicio de la Ciudad Sanitaria. Por eso, como los periodistas vivimos de preguntar, parafraseando al afamado cantautor cubano Silvio Rodríguez, una se pregunta, ¿Por qué 8 años después no se pone en funcionamiento?

Hay un contexto y dos posibles respuestas. La pandemia impidió, tal cual se intentó, que el expresidente Medina inaugurara la Ciudad Sanitaria, cuya apertura salió en las agendas de los periódicos para luego ser cancelada. Pero, por el covid-19, se retrasaron los trabajos, los recursos y luego fue necesario dedicar un espacio del Hospital Materno Infantil para los pacientes infectados.

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Ahora bien, superada la crisis del coronavirus, la no conclusión de la obra posiblemente siga obedeciendo al presupuesto. Efectivamente, estos son tiempos fiscales muy difíciles para el Gobierno dominicano que, como todos los gobiernos del mundo, está duramente desafiado por la inflación.

Esto ha ocasionado que opte por políticas de subsidios que a julio de este año, según nos informó en un encuentro con mujeres periodistas el director general de Presupuesto, José Rijo, el Gobierno destine a los subsidios sociales RD$52,218.6 millones.

La otra posible respuesta, que de entrada considero menos probable, es el celo político. Lamentablemente en la praxis política dominicana los presidentes se interesan por dejar obras de infraestructura, aspirando ser recordados en bien por esa vía. Al ser la Ciudad Sanitaria una obra iniciada y construida en su mayor parte durante el Gobierno de Medina y el PLD, obviamente les toca crédito por ello. Pero, reitero, creo poco probable esa respuesta porque descarto tal nivel de mezquindad en las autoridades actuales.

De ahí que para mí la respuesta sea económica. En un momento se manejó que para operar la Ciudad Sanitaria se necesitaban RD$500 millones mensuales. Sin embargo,  un estudio de factibilidad de una firma brasileña estimó que son RD$250 millones mensuales y que produciría hasta RD$600 millones mensuales. Esto es mucho dinero. Sin embargo, las autoridades deberían disponerlo, porque lo dedicado a salud no es gasto, sino inversión. El impacto social positivo que tendrá la Ciudad Sanitaria bien vale la pena, considerando beneficiaría a más de un millón de residentes en sus 18 sectores aledaños,  ubicado en el sector María Auxiliadora que pertenece a la circunscripción más empobrecida del Distrito Nacional, la número 3.

A esto se suma un criterio de racionalidad del gasto, porque en la obra ya se han invertido más de RD$15 mil millones, incluyendo equipos, y algunos se están deteriorando por falta de uso y perdiendo garantía de fabricación.

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Millizen Uribe

Millizen Uribe

Periodista. Editora del Periódico HOY Digital