Requiem por la industria azucarera

Requiem por la industria azucarera

POR FAUSTO ADAMES
El futuro de la industria azucarera dominicana es verdaderamente incierto, puesto que si el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos (EE.UU) y la República Dominicana (RD) no logra garantizar la permanencia de la cuota actual del mercado preferencial y la rectificación técnica, se decretaría la desaparición o el hundimiento total y definitivo de este negocio que está cada vez más debilitado.

A esta futura situación se debería agregar la reducción sostenida de la cuota en el mercado preferencial de EE.UU, que hasta este año ha descendido en un 223.74%.

Además, hay que destacar el rotundo fracaso que ha sido el proceso de capitalización de los ingenios del Consejo Estatal del azúcar (CEA), cuyas propiedades han sido objeto del saqueo de particulares y víctimas de una rapaz codicia partidista.

PÉRDIDAS

Por el momento, de acuerdo con los informes aportados por el Instituto Azucarero Dominicano (Inazucar), el resultado del TLC entre RD-EEUU impactaría de manera dramática a la sociedad, dada la incidencia histórica del negocio azucarero en la economía dominicana, en los siguientes aspectos:

1) Pérdida de más de US$100 millones por exportación de azúcar y edulcorantes.

2) Requerimiento de más de US$150 millones para importación de azúcar y sus derivados.

3) Pérdidas de más de 150,000 empleos directos e indirectos.

4) Más de 160,000 hectáreas serían sub-utilizadas y dedicadas a otras actividades de menor rentabilidad que la caña.

5) Haría inviable económicamente los proyectos de alcohol carburante y la cogeneración de energía eléctrica al desarticularse la cadena productiva en la industria.

6) Crearía inconvenientes de logística y de seguridad en el suministro de melaza para los ganaderos y los fabricantes de ron.

7) Agravaría la presión social interna en el país, por el desempleo de cientos de miles de ciudadanos dominicanos y haitianos en las comunidades cañeras, hecho que empujaría de manera dramática las emigraciones ilegales tanto de haitianos como de dominicanos hacia Puerto Rico y Estados Unidos, con las implicaciones que toda legalidad conlleva para la sociedad en general.

SITUACIÓN ACTUAL DE LA CUOTA

Pero en estos momentos, como consecuencia directa de la reducción sostenida de la cuota preferencial de Estados Unidos a partir del 1985 (que ha bajado desde más de 600,000 toneladas métricas que totalizaba en dicho año, hasta 185,335, lo que equivale a un descenso de 223.74%).

También ha afectado la industria la drástica caída de los precios en el mercado internacional (por debajo de los costos operativos del productor más eficiente del país), por lo que el aporte del sector azucarero al Producto Interno Bruto (PIB) y la generación de empleos, ha sido por debajo del 50% de los ingresos registrados en décadas pasadas.

Según Inazucar, esto ha traído como resultado que la economía dominicana haya sido impactada de manera devastadora en los siguientes renglones:

1) Cierre de 10 ingenios que tenían una capacidad de molienda de 32,000 toneladas métricas diarias.

2) Pérdida de más de 100,000 empleos directos e indirectos.

3) Más de 4,000 colonos se han visto obligados a abandonar el cultivo de la caña.

4) Más de 100,000 hectáreas de vocación cañera se han dedicado a otras actividades de precaria rentabilidad.

5) Cientos de miles de haitianos que laboraban en la industria azucarera, se han radicado en toda la geografía nacional, dedicándose también a actividades de precaria rentabilidad.

3) Cientos de miles de nacionales haitianos que laboraban en la industria azucarera se han radicado en toda la geografía nacional, dedicándose a actividades reservadas para mano de obra dominicana.

4) Miles de trabajadores dominicanos han tenido que emigrar ilegalmente a Puerto Rico, Estados Unidos y otros países.

LIBERALIZACIÓN

Para que los países productores de azúcar puedan definir políticas azucareras sostenibles a mediano y largo plazo, independientemente de su condición de grandes o pequeños exportadores, importadores o simplemente para lograr la autosuficiencia en el irreversible escenario de globalización e integración comercial, tendrán que tomar muy en cuenta los permanentes cambios estructurales en la economía, a la luz de la liberalización del comercio, tanto en el ámbito mundial como regional.

En la generalidad de los casos, las políticas azucareras nacionales de los países productores se sustentan en subvenciones a las exportaciones, subsidios y ayudas internas a través de exenciones, precios mínimos de sustentación, altas tasas arancelarias, cuotas preferenciales de carácter básicamente unilateral, etc.

Todas estas prácticas proteccionistas que se han convertido en barreras del comercio tendrán que desaparecer inexorablemente, a medida que los acuerdos comerciales (globales y/o regionales) se vayan materializando acorde con las fechas convenidas en la mayoría de las regiones del mundo, como es el Acuerdo de Libre Comercio en las Américas (ALCA) para el 2005 y el de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el 2008  que es el foro de referencia obligado para todas las negociaciones comerciales en todos los países del mundo).

Para el Inazucar, la liberación del comercio mundial del azúcar, impone relaciones comerciales transparentes y competitivas.

En este contexto, las ventajas comparativas para un país o para una región en particular están estrechamente vinculadas a las condiciones naturales, las cuales dependen de sus coordenadas geográficas y en consecuencia, de las características del clima, de los suelos y de las rutas de transporte, desarrollo social, tecnológico y económico, hábitos culturales y del sistema político inoperante.

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