Resalta la compasión frente a desastres

Resalta la compasión frente a desastres

Londres (EFE).- En su tradicional mensaje navideño, la reina Isabel II de Inglaterra alabó hoy la compasión y solidaridad mostradas frente a los desastres naturales y atentados terroristas sucedidos este año.

En su discurso anual a los británicos y a los ciudadanos de la Commonwealth, la reina elogió «el generoso esfuerzo humanitario y la compasión con quienes sufrieron» por los acontecimientos de 2005.

«Este año nos ha recordado que vivimos en un mundo que no es ni fácil ni seguro, pero que es el único lugar que tenemos», dijo la Reina en un mensaje radiotelevisado a la nación.

En el mensaje, grabado en la Capilla del Palacio de Buckingham, Isabel II se refirió a las catástrofes naturales como el tsunami que el 26 de diciembre de 2004 asoló el sureste de Asia y causó la muerte de más de 230.000 personas.

También se refirió a los huracanes que el pasado agosto azotaron el Golfo de México y la ciudad estadounidense de Nueva Orleans y al terremoto que en octubre arrasó Pakistán y parte de la India.

«Estas catástrofes causaron sufrimiento a las familias no sólo en los países directamente afectados, también en el Reino Unido y otras naciones de la Commonwealth», dijo.

«Por si estos desastres fueran poco -añadió-, a veces pienso que la humanidad se ha vuelto contra sí misma, con guerras, alzamientos civiles y brutales actos de terrorismo».

Isabel II también reflexionó sobre los atentados suicidas del pasado 7 de julio contra la red de transporte público de Londres, que causaron 56 muertos, incluidos los cuatro terroristas, y unos 700 heridos.

«Mis pensamientos se dirigen a aquellos que han perdido a alguien querido y para los que este año ha sido terrible», dijo la reina, quien concluyó su alocución deseando a todos Feliz Navidad y un 2006 lleno de «esperanza».

Ataviada con un vestido turquesa, la reina acompañó su mensaje con imágenes de los acontecimientos mencionados y con un villancico interpretado por el coro infantil de la capilla, vestido de dorado y rojo.

El discurso real navideño, que llega a los británicos en pleno almuerzo de Navidad, es una tradición que inició en este país el rey Jorge V, abuelo de la soberana, en 1932, y se consolidó tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Isabel II se dirigió por primera vez a la nación en estas fechas en 1952, por la radio, y en 1957 lo hizo por televisión.

Aunque el mensaje de este año se grabó en el palacio londinense de Buckingham, desde 1988 la Familia Real celebra la Navidad en la residencia de Sandringham (este de Inglaterra), a la que este año acudió también Camilla Parker Bowles, esposa del príncipe Carlos desde el pasado abril.

De acuerdo con la tradición, asistieron a un servicio religioso en la capilla de Santa María Magdalena, a la que llegaron dando un paseo, y disfrutaron después de un almuerzo de pavo, verduras y patatas asadas.

En la misa, el rector de la parroquia, el reverendo Jonathan Riviere, pronunció una plegaria por los miembros de la familia y les pidió que rezaran por las víctimas del «tsunami», los terremotos y los atentados terroristas del 7 de julio en Londres.

A diferencia del resto de los británicos, que abren sus regalos hoy, los reyes y su familia intercambiaron presentes la Nochebuena, siguiendo una tradición alemana, como los orígenes de su dinastía.

Tras abrir los regalos, ayer dieron el último toque al árbol de Navidad, de 6 metros, y después tomaron el té juntos para culminar la noche con una cena de gala.

Hoy, tras asistir a la misa y posar para la prensa, la Familia Real almorzó un pavo criado en las propiedades reales acompañado de nabos, coles de Bruselas y patatas.

De postre, pastel de frutas con licor y otros dulces típicos de la Navidad.

Después de la comida, Camilla Parker Bowles dejó Sandringham para reunirse con sus hijos, Tom y Laura.

El 26 de diciembre, festivo en el Reino Unido, el duque de Edimburgo, esposo de la Reina, organizará una cacería en sus terrenos.

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