FLORIDA, EE.UU.- Desde lo alto, cuando la tripulación anuncia que la aeronave iniciará su descenso para el aterrizaje, una infinidad de lagos cautiva la mirada sorprendida del viajero.
Es la primera impresión que deja la ciudad de Orlando, famosa mundialmente por los parques infantiles de Disney World.
Pero ya inmerso en la urbe, el visitante se encuentra con una comunidad laboriosa y entusiasta, compuesta por inmigrantes de diversos países y de otras zonas de la Unión Americana, que parece compartir el sueño de su alcalde de verla convertida en la primera ciudad de Estados Unidos.
Miles de dominicanos han fijado residencia en esta demarcación de la Florida, dedicados a labores profesionales, empresariales, técnicas y académicas.
Es fácil observar, sin embargo, que no todo es trabajo para la gente de Orlando. También se saca tiempo para los asuntos culturales, el arte, la diversión y la recreación.
Fue lo que ocurrió con la recién celebrada III Feria Internacional del Libro Dominicano, donde la alcaldía de la ciudad dio la bienvenida a una representación de escritores, poetas y periodistas del país caribeño en un concurrido acto celebrado en el hotel Crowne Plaza Orlando.
El comisionado del Distrito 2 de la Florida, Tony Ortiz, en representación del alcalde Buddy Dyer, resaltó la trascendencia de esta feria, resaltando el aporte de los dominicanos al desarrollo económico y cultural de la ciudad.
La actividad, celebrada durante los días 27 y 28 de marzo, fue organizada por la Organización Latinoamericana de Asistencia Social (OLAS) que preside el doctor Homero Luciano, y esta vez fue dedicada a la poetisa dominicana Salomé Ureña de Henríquez, en el 118 aniversario de su nacimiento, con Puerto Rico como país invitado.
Betsy Franceschini, directora de administración de Asuntos Federales de Puerto Rico para el centro de la Florida, agradeció la distinción en nombre de las autoridades puertorriqueñas. “Sea que se cocine como mangú o se prepare como mofongo, el plátano es el mismo plátano”, refiriéndose a los lazos culturales y gastronómicos que unen a quisqueyanos y borincanos.
Se valoró la histórica relación entre intelectuales dominicanos y puertorriqueños, como la homenajeada y su esposo Francisco Henríquez y Carvajal con el educador Eugenio María de Hostos, continuada por Juan Bosch, quien fuera un permanente promotor de su “Moral social”.
La versátil y acogedora Plaza del Sol, ubicada en la zona de Kissimee, sirvió de escenario para las exposiciones, con todas las casetas para los autores y las editoriales que participaron en la feria.
La representación dominicana estuvo integrada por Tony Raful y Euclides Gutiérrez Félix, conferencistas; Mateo Morrison, Eddy Mateo Vásquez, Johnny Jones, Rafael García Romero, Peggy Cabral, Johnny Jones, Miguel Aníbal Perdomo, José Acosta, Andrés Fortunato Victoria, el periodista Leo Hernández, representante de la Feria para República Dominicana, y quien escribe.
Ramiro Espino, vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para las Comunidades Dominicanas en el Exterior (Condex) y Carlos Sánchez, comisionado dominicano de Cultura en Estados Unidos, al hablar en el acto, reconocieron que el Estado debe invertir más recursos en la promoción de actividades como la inaugurada en Orlando.