La Academia de Ciencias de la República Dominicana (ACRD) resaltó el legado científico y humanismo en el ejercicio de la medicina del doctor Rafael Isa Isa, al exaltar la memoria de quien hasta su fallecimiento, el pasado 23 de marzo, se desempeñó como director general del Instituto Dermatológico Dominicano y Cirugía de la Piel “Doctor Huberto Bogaert”.

Con su muerte –indica la Academia-, la medicina dominicana pierde a uno de sus grandes especialistas en la dermatología, la ACRD a uno de sus renombrados académicos y científicos, y el país a un ciudadano ejemplar.

“Hombre impetuoso, de buenos consejos, profundamente sencillo, franco, tenaz y genuinamente comprometido con el respeto a la dignidad humana y con la calidad de la atención médica”.

Con más de treinta años de trayectoria clínica y docente, y numerosas publicaciones científicas nacionales e internacionales, Isa Isa fue un colaborador activo del Patronato de Lucha Contra la Lepra, Inc., aportando “progresos en la humanización propia de la salud y de quienes le rodean, con una visión de solidaridad permanente, esparciendo las semillas del saber y fortaleciendo su entrega infinita y amorosa a los más necesitados”.

El destacado dermatólogo, exaltado como Maestro de la Medicina Dominicana por el Colegio Médico Dominicano, desarrolló una amplia labor investigativa. Académico de Honor de la Academia Española de Dermatología; Miembro del Latin American Advisory Board, de la Asociación Mexicana de Micología Médica y Miembro de Número de la ACRD.

Fue expresidente de la Sociedad Dominicana de Dermatología, vicepresidente del Colegio Ibero Latinoamericano de Dermatología (CILAD) y Profesor Asociado del Diplomado de Micología Médica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Como parte de su actividad incansable y entusiasmo en la creación de obras de esperanza y ciencia, el doctor Isa Isa hizo varios aportes científicos, destacándose un Atlas de Micosis Superficiales, Subcutáneas y Pseudomicosis en el país. Sus ideas –señala la ACRD- influenciaron e influencian en los programas de formación de la especialidad de Dermatología de las principales universidades del país.

Su amor por la docencia –agrega- lo mantuvo participando como profesor del pregrado de Dermatología, ocupó diversas posiciones en el postgrado como profesor titular, coordinador de la Residencia en tres ocasiones, jefe de redacción y director de la Revista Dominicana de Dermatología, jefe de Enseñanza y director adjunto por más de una década hasta su designación como director general del IDCP.

El fallecido galeno fue miembro de varios consejos editoriales y asesor de revistas científicas internacionales. Fue coautor de varios libros, entre ellos los titulados “Actualidades en Micología Médica”, Basidiobolomicosis y Conidiobolomicosis – Actualidades en Micología Médica, e Historia de la Dermatología Latinoamericana, publicado en 2007 en Buenos Aires, Argentina.

Dedicó parte de su vida a la Micología clínica y a las investigaciones en diagnóstico, terapéutica y epidemiología con énfasis en las micosis subcutáneas discapacitantes, entre otras contribuciones de interés social.

Además de sus funciones como director general del IDCP, desempeñó labores ejecutivas en la Unidad Coordinadora de Proyectos financiados con recursos del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria en RD, “aportando valores de enseñanza, dedicación, responsabilidad y ejemplo a seguir, plena realización institucional”.

El Senado lo reconoció en 2012 por sus aportes al desarrollo de la medicina dermatológica y el combate de enfermedades de la piel.