Berlín. EFE. La Deutsche Oper berlinesa rescató del olvido a La Helena egipcia, una combinación arriesgada de Richard Strauss y Hugo von Hofmannsthal de difícil puesta en escena, que hablan del amor y del desamor y de la guerra, y cuyo estreno ayer coronó el ciclo que esta casa dedica al compositor alemán.
El buen hacer de Ricarda Merbeth, la soprano germano-oriental acostumbrada a encarnar a mujeres wagnerianas y experta en Richard Strauss -ha puesto voz a Dafne (Daphne»), a la Mariscala (El caballero de la rosa»), Salomé (Salomé») o Crisótemis (Elektra»)- fue recompensado con sonoras ovaciones.
Merbeth da vida y voz a la bella Helena de Troya, en esta ópera sorprendente que forjó Strauss en 1928, basándose en el texto mitológico que abusa de pócimas, hechizos y sueños, que le sirve Hofmannsthal, y que condenó durante décadas a Die ägyptische Helena a ser una de las grandes desconocidas de Strauss.
Hasta que le ofrecieron a Marco Arturo Marelli que echara mano a esta historia.