La recuperación urbana-ambiental del río Yaque del Norte y la revaloración del centro histórico son dos proyectos estructurantes mediante los cuales el Poder Ejecutivo se concentrará con acciones de impacto en Santiago.
Acciones denominadas “aceleradores” o “quick win” que en 12 meses aportarán resultados tal como indica la prefactibilidad estudiada por BID y Consejo de Desarrollo.
Invertir rápido y con efectividad en áreas que dinamicen la economía en esta crisis del covid-19, es la vía más expedita para enfocar dinero público y asegurar empleos en provincias que como Santiago retribuyen mucho y a tiempo al erario público.
El rescate del río, denominado “Vive el Yaque”, y la valorización del centro histórico llamada “Ruta Corazón” son proyectos con sinergia y solución de varios problemas.
Cuando se fundó Santiago en 1495 en las riberas del gran río, nació la relación del Yaque y el casco fundacional.
Cristóbal Colón valoró la importancia del río Yaque por estar cerca de yacimientos de oro, ser frontera entre costas norte y sur y regar el Cibao, en taíno “tierra fértil y repleta de arroyos acuíferos”.
Hoy, las acciones transformadoras del río Yaque y el centro histórico son aceleradores. Catalizadores para echar a andar cosas, después de logrados como victorias rápidas los gobiernos asumen el mantenimiento de obra y los actores estratégicos aportan cohesión social.
El acelerador construye sinergias, identifica cuellos de botella que desbloqueados generan capacidades sociales en pro del desarrollo.
Paralelamente, se reconoce la gestión del gobierno de dotar a CORAASAN de recursos para construir el sistema del Colector 10, que elevará más de 95% el tratamiento del agua residual utilizada por Santiago que se contamina en los 10 km lineales de los 300 km de extensión del río.
El BID y el Consejo de Desarrollo ejecutaron estudios de impacto ambiental, resiliencia ante el cambio climático, mitigación y programas alerta temprana del sistema de presas. Se hizo concurrir estos estudios con la estrategia de resiliencia donada por Fundación Rockefeller y se utilizó el ordenamiento territorial adaptado al cambio climático, aprobado por el Ayuntamiento y facilitado por USAID.
Entre las acciones aceleradoras está la construcción de diques en Rafey y Bella Vista; y los sistemas pluviales de Pueblo Nuevo y Suelo Duro. Los mismos controlarán las cíclicas inundaciones de Santiago protegiendo vida de 2,007 presos de la Cárcel y la población de más de 20,000 pobladores de Rafey, que en conjunto a los más de 5,000 habitantes de la desembocadura en el Yaque del río Gurabo y otros miles en Bella Vista, pueden perder la vida. Finalmente, súmese a lo anterior la necesidad de elevar la permeabilidad urbana generadora de una elevada escorrentía inundante.