Rescate minero, una historia épica que fascinó al mundo e inspiró a autores

Rescate minero, una historia épica que fascinó al mundo e inspiró a autores

Mina San José, Chile, (AFP).- Una buena historia debe tener un inicio, un nudo y un desenlace, todo lo que tiene el rescate de los 33 mineros atrapados en Chile, que está a punto de terminar y fascinó al mundo desde el primer momento, inspirando desde ya proyectos literarios y películas.  

Las características excepcionales de esta tragedia y su curso de acción se asemejan al de un guión clásico, con un inicio dramático, un pico emocional tras el milagro de encontrar a todos vivos a 700 m de profundidad, una larga espera no exenta de contratiempos y un aparatoso rescate, explicaron expertos.  

Entre medio, las historias de vida de cada uno de los 33 mineros y sus familias fueron seguidas por los medios de comunicación, ávidos una noticia alejada de las convencionales coberturas políticas.  

«Hay un cuento que se va narrando, una historia en desarrollo que tiene todos los elementos de la narrativa épica», explicó a la AFP el experto en comunicaciones Mauricio Tolosa, de la Fundación de Comunicología.  

Esta historia es única por el «componente de esperanza vinculado a una efectividad en la acción» para salvar a los mineros, señaló de su lado René Ríos, sociólogo de la Universidad Católica.   Se trató además, según Tolosa, de una noticia que «no genera conflicto», y que «no obliga a tomar posición» por parte de los ciudadanos, que lograron empatizar fácilmente con las víctimas.  

La serie de videos grabados por los mineros durante su encierro, difundidos a todo el mundo, alimentaron la historia, aunque también dieron pie a críticas sobre que el drama se estaba convirtiendo en un «reality show».  

«Hay elementos propios del ‘reality’: un grupo de personas encerradas, una cámara que los ve, y una selección de imágenes bajo un criterio que no conocemos», dijo Tolosa. Pero a diferencia de los participantes de estos programas los mineros no eligieron encerrarse.   Como actores secundarios, sus familias fueron también parte activa de esta historia. Se conocieron sus dramas, alegrías y carencias.  

Las familias «se dieron cuenta de la necesidad de integrarse en el circuito mediático» para presionar por un pronto rescate, y para evitar el olvido de sus seres queridos, explicó Eduardo Santa Cruz, del Instituto de Comunicación de la Universidad de Chile.  

Fue así como el mundo fue testigo de sus rencillas, la aparición de sus amantes, del nacimiento de bebés y la celebración de cumpleaños, todo vivido en el ‘Campamento Esperanza’, montado por las familias a la entrada del yacimiento San José.  

«Es normal, todos quieren que su hijo o su padre tenga una historia, un reportaje», señaló Mariela Rojas, cuyo sobrino Carlos Barrios es uno de los mineros atrapados.  

La fascinante historia cautivó a equipos de prensa de todo el mundo. Por lo pronto, la estadounidense HBO, la británica BBC, Discovery Channel y la española Antena 3 preparan documentales o series sobre la historia.   Una película también está en preparación, a cargo del cineasta chileno Rodrigo Ortúzar, que ya tituló el filme como «Los 33».  

«Mi idea es hacer una historia que esté enfocada en este encierro y al mismo tiempo en el renacer que tendrán los mineros una vez que salgan a la superficie», dijo Ortúzar a la AFP.  

 En cuanto a las letras, incluso la escritora chilena Isabel Allende, quien visitó el yacimiento, reconoció que la historia ofrece muchas posibilidades de ser novelada, pero aseguró que no será ella quien lo haga.   Tanta exposición también generó críticas.

El escritor chileno Hernán Rivera Letelier -proveniente de una familia minera- consideró «un asco la faramalla en torno al rescate», negándose a escribir y comentar la historia.  

«Me he negado porque también fui minero, y escribir ahora sobre estos compañeros sepultados, hacer literatura con su tragedia; sería como sentarme a escribir un cuento o un poema ante el lecho de muerte de mi padre, de mi hijo, o de mi hermano. No sirvo para eso.

Mi ética no me lo permite», escribió Letelier para el diario español El País.   Quien dispone de buen material es Víctor Segovia, el minero sepultado que desde el primer día comenzó a escribir una bitácora, con la intención de publicarla a su salida.  

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