Rescatemos el tradicional angelito

Rescatemos el tradicional angelito

Compartir y celebrar es algo intrínseco de casi todo el dominicano, que no pierde la oportunidad para armar un bonche. Navidad, obviamente, no es la excepción.
Siempre se busca la excusa perfecta para reunirse con familiares y amigos para compartir; y si no existe tal, se inventa.
Disfrutamos de dar y recibir regalos, y es por esta razón que la celebración de “angelitos” ha sido pieza clave en las actividades que se realizan en diciembre, pero la verdad es que en los últimos años se percibe que esta hermosa y divertida tradición está decayendo.
Antes era posible que una misma persona figurara en varios “angelitos” al mismo tiempo, hoy, sin embargo, es raro que se participe en al menos uno.
Muchos atribuyen la decadencia de los “angelitos” a las decepciones que se llevan algunos a la hora de abrir sus regalos debido a que muchos de los participantes no se comprometen a hacer un buen regalo final a la persona que le corresponde.
Por su parte, quien no atina al regalo ni a los lineamientos previamente establecidos justifica su elección diciendo que el objetivo del angelito es compartir y no el precio del regalo que se obtenga en este.
¿Qué es un angelito? Se conoce como “angelito” al intercambio de regalos que se realiza en las empresas, escuelas, colegios, instituciones, o en cualquier círculo de amigos que deseen compartir.
Según se cuenta, la tradición tiene su origen en los regalos que los tres Reyes Magos le llevaron al Niño Jesús por su nacimiento, y su objetivo primordial es compartir regalos de modo que cada quien reciba algún detalle en Navidad.
Por lo general, se hacen regalos pequeños un día asignado a la semana y se termina con uno más grande para el cual se suele establecer un monto específico en el que se ponen de acuerdo y se supone que todos sigan, cosa que rara vez sucede, ya que unos gastarán más y otros menos.
Para darle forma al “angelito” se escriben los nombres de todos los participantes en papelitos y se introducen en un recipiente del que cada quien toma uno. Se supone que el nombre de la persona a quien se regala sea un secreto hasta el día final del intercambio de los regalos.
Agotado este paso, se fija la fecha del intercambio, que por lo general se realiza durante alguna actividad en la que se comparte comida y bebida de la época navideña.

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