Si no se produce de inmediato un cambio en la orientación de los partidos políticos, que se establezca como principio fundamental la destrucción de la desigualdad entre los dominicanos, que es sin lugar a dudas el origen del autoritarismo que fomentan los populistas enganchados al poder y los que no lo están en República Dominicana, desaparecerá totalmente la dignidad, que es el don más apreciado en un ciudadano.

Y podemos decir esto, por el pobre respaldo al Gobierno en el caso del problema haitiano. ¿Por qué como una sola voz los dominicanos no han exigido al gobierno haitiano que otorgue documentación valedera a los ilegales y sus hijos que residen desde hace años en los distintos pueblos de República Dominicana, como lo establece su propia Constitución, que bien señala que son haitianos los hijos de padres haitianos en cualquier país que nazcan? Si el Gobierno haitiano hiciera esto, se acabarían de inmediato todas las diferencias y malas intervenciones internacionales en todos los países, pero no hemos sabido actuar, ni desde nuestro Gobierno y menos nuestra Cancillería, donde su Embajador Encargado de los asuntos haitianos no se ha manifestado, a pesar que esa es una de sus funciones, y tenemos autoridad moral para decir esta manifestación, porque en su momento ejerciendo el referido cargo, hicimos valer nuestros principios. Ojalá que los funcionarios dominicanos hicieran valer la dignidad que es necesario mantener en esos casos.

Desgraciadamente hay que tener valor patrio y dignidad para hacer valer la soberanía que sin mezquindad nos regaló Duarte y sus trinitarios y Luperón cuando le tocó su turno. No hay discriminación ni se es racista cuando se hacen valer las leyes y la Constitución de la República Dominicana.

La dignidad es un don, que el señor Jesús Cristo nos legó. Tenemos que hacer lo imposible para respetarla y defenderla. Es hora ya de saber que nuestros ascendientes sabían valorar esa defensa. Sin dignidad no hay país libre y con justicia ¡Viva la República Dominicana! Por tanto recuerden, como señaló el ex presidentes Luiz Inacio Lula Da Silva. “La política es química” tanto nacional como la internacional. Y por eso él triunfó en todos sus actos.