Rescatistas AL dan todo por hallar sobrevivientes

Rescatistas AL dan todo por hallar sobrevivientes

PUERTO PRINCIPE. AP. Bomberos, médicos, socorristas y voluntarios latinoamericanos se sacrifican en extenuantes y arriesgadas tareas de rescate y ayuda para las víctimas del terremoto en Haití y sus esfuerzos se han visto recompensados en muchos casos.  Un médico mexicano al lado de un israelí vieron cuando Josyanne Petidelle, de 19 años, prácticamente resucitó después de ser extraída debajo de los escombros de un edificio en donde permaneció sepultada tres días. Los médicos cubanos que desde antes del terremoto ayudaban a paupérrimos habitantes haitianos, desde el sismo atienden a un desbordante número de heridos. Un rescatista colombiano dijo que prácticamente repartió sus raciones alimenticias personales para aliviar el hambre de personas que se le acercaban.  Así, para algunos favorecidos, la intervención de algún latinoamericano pudo resultar milagrosa. 

El bombero colombiano Pablo González relató el sábado que junto a colegas suyos de República Dominicana, rescataron en la noche anterior a una muchacha de unos 18 años. “No sé con exactitud qué dijo cuando la rescatamos, porque ella hablaba francés, pero se notaba que le estaba dando gracias a Dios”, dijo.  Al relatar su experiencia en Haití, afirmó que “en medio de tanto dolor a uno no le queda tiempo de pensar y menos de llorar”.

En Jimaní

Los haitianos han encontrado ayuda médica en la fronteriza Jimaní, República Dominicana, donde había unos 300 heridos atiborrados en el hospital. Muchos yacían sobre colchones en los corredores recibiendo rehidratación intravenosa.  “Lo único que nos queda es orar a Dios para salvar a mi hijo”, expresó mientras lloraba Jean-Paul Dieudone, quien llegó con su hijo de seis años herido al hospital dominicano. Su esposa y su otro hijo murieron en el terremoto, dijo.  Los contingentes que forman parte de los Cascos Azules de Naciones Unidas se han sumado a las tareas de emergencia. El segundo comandante de los Cascos Azules bolivianos, coronel Edwin Suárez, dijo que con sus hombres trabajan en el “movimiento de escombros”.

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