Una vivienda edificada en el decenio del treinta del siglo XX, en un  material único en toda la urbe de Santiago, es la construcción a que hoy voy a llamar su atención, empezando por mencionar  su curioso vértice derecho esquinero. Nunca me imaginé que  un arquitecto la diseñara tan genialmente.

Si bien es cierto que el centro urbano de Santiago es rico en  residencias de la época colonial y republicana con curiosas formaciones;  también si uno se traslada al otro lado  encontrará edificaciones de valor. Así, transitando sus calles, llego al barrio de Bella Vista, donde descubro la preciosa residencia señorial de que les hablo, cuyo material estructural y formación frontal no tiene en comparación.

Su estructura se distingue al fondo del terreno que ocupa, pues  delante tiene una amplia verja de hierro, jardineras y matas. Su edificación  de tres niveles es muy singular, pues fue edificada  utilizando  yeso, y es tan compacto, que no le entra un clavo. Su otra curiosidad es que es la única vivienda cuyo vértice angular presenta una torre de tres cuerpos.

Atalaya cuyo primer nivel presenta una puerta de hierro con arco de medio punto y un tragaluz formando un abanico abierto, el segundo nivel tiene una ventana cerrada con rejas curvas y el tercero presenta tres ventanas rectangulares en cada lado, y  ya en el remate se aprecia un borde con almenas como si fuera un castillo medieval. Allí, su techo es  una especie de pirámide de cuatro caras con una punta muy alta en cuyo cuerpo frontal se observa una especie de ventilador cuadrado con persianas y alero.

Su fachada presenta una amplia galería arqueada de un estilo propio,  formada por tres arcos de medio punto, los cuales partiendo desde abajo no tienen balcones  y  sólo presentan una doble corta pilastra cuyos cuerpos forman un pentágono con estrechos espacios verticales que    encierran una base donde hay un tarro con matas. El interior   presenta una puerta de entrada y otra en los laterales con persianas.

En el segundo nivel se aprecia una puerta central,  dos ventanas laterales con persianas y otra galería, esta vez distinta a la anterior, porque no tiene arcos, sino cuatro pares de pilastras de estilo gótico paralelas, un cuerpo cuadrado que verticalmente presentan una estrecha estría y un balcón corrido con balaústres.