Residencia Geriátrica Cristina, especialistas en pacientes con alzheimer

Residencia Geriátrica Cristina, especialistas en pacientes con alzheimer

La Residencia Geriátrica Cristina fue una de las primeras en el país en especializarse en ancianos con problemas de Alzheimer. Su directora, la dominicana Matilde Martínez, vino con la experiencia de un hogar en Puerto Rico, a mitad de los 90, para crear un proyecto que, tal y como explica, es mucho más que un negocio, una forma de vivir.

«Mi mamá era enfermera, y yo decía que nunca en la vida iba a ejercer una profesión así porque yo tenía muchas reticencias. Ahora todo eso me encanta, es mi verdadera vocación. Ya yo lo hago no como un trabajo, sino como una forma de vida».

A finales de los 80, Matilde Martínez de Delgado, vivía en Carolina, en Puerto Rico, y se dedicaba desde hacía mucho tiempo a la hostelería. Trabajaba como jefe de ‘housekeeping’ en un hotel cuando su mamá, doña Cristina, comenzó a tener síntomas de Alzheimer. «Empecé a pensar que tenía que estar más tiempo en casa con ella para cuidarla, porque necesitaba una atención especial».

Matilde, a quien todos conocen por Marta, vio un anuncio del Departamento de la ciudad que ofrecía un curso para cuidar personas con esta enfermedad degenerativa. A Marta le gustó tanto que decidió obtener la licencia como cuidadora y acondicionó su casa para que la parte de abajo se convirtiera en una residencia para ancianos. Así comenzó Hogar Cristina, en 1990. «Se llama Cristina por mi mamá, que todavía hoy, con 94 años, sigue siendo nuestra paciente número uno».

Hasta mediados de los 90, Marta, junto a su esposo, Héctor Delgado, dirigió el hogar en Carolina. Pero después de 20 años en Puerto Rico, la añoranza por la República Dominicana le hizo cambiar de rumbo. «En un viaje al país pude ver que aquí casi no existían hogares geriátricos. Ésta era la oportunidad».

Primero alquiló una casa en el kilómetro 10.5 de la Sánchez, donde acogió a 17 ancianos. Luego vendió la casa de Puerto Rico para construir aquí la residencia definitiva, que se abrió hace cinco años en el kilómetro 12,5 de la misma avenida, en Costa Verde, desde donde se puede ver el mar.

[b]Comodidad[/b]

«Fueron dos años de construcción y una importante inversión. Hicimos todo para la comodidad de los envejecientes: pisos para que no resbalen, inodoros especiales, medidas adecuadas a ellos». La residencia, de 500 metros cuadrados de planta y dos pisos, acoge en estos momentos a 30 personas mayores. Pero pronto tendrá capacidad para 40. «Aún está por terminar de construir el tercer piso y un elevador» (que fue prometido por el presidente del Gobierno en una visita, pero que nunca llegó).

Un 90% de los ancianos que residen allí han vivido fuera y deciden regresar a su país para retirarse. Con lo que reciben del Seguro Social pagan el costo de la residencia. En los otros casos, es la familia la que asume el pago. Porque se trata de una entidad totalmente privada, que no recibe ninguna ayuda institucional.

Pero Marta no ve su proyecto como un negocio, sino como una forma de vida, una filosofía, y no piensa tanto en los beneficios. «Nosotros analizamos los gastos totales que ahora debemos ajustar porque todo ha subido y lo dividimos entre el número de ancianos. Ahí hay un margen un 3%; pero ahora mismo todo lo que llega se reinvierte de nuevo».

La especialidad del Hogar Cristina es el cuidado de los pacientes con Alzheimer. Una especialidad que además de los cuidados habituales reside en el amor. «Ellos llegan a considerarme como si fuera su mamá; lo más importante es el apoyo moral, el cariño, es como si fuera una medicina, la base fundamental».

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