Un exponente de la ornamentación estructural que tienen algunas edificaciones citadinas es el que en el remate presentan los bordes de techo.

Si llegamos a la calle Arzobispo Nouel número 154 podemos observar una residencia republicana de un solo nivel en cuyo remate hay una balcón y borde de techo, éste último con un curioso decorado.

Es un borde compacto formando una curva, el cual su cuerpo al medio tiene una gruesa moldura que forma una  rueda cuyo hueco encierra un tallo curvado del cual salen hojas palmeadas que se montan sobresaliendo. Este en cada lateral lo dividen dos balcones unidos a tres cuerpos rectangulares en cuya cima de adorno hay un tarro cuadrado.

Vivienda cuyo frente con dos puertas y dos ventanas tienen marcos estriados y la pared del alto lo forma el adorno de muchas molduras cruzadas con otras en forma de anillos.

En la calle Palo Hincado esquina Juan Isidro Pérez hay una casa antigua de dos niveles que en el remate presenta balcones de techo con balaústres formando un entretejido de curvas, dividido por un vértice esquinero que tiene un borde de techo cuyo cuerpo forma la punta de un triángulo, el cual al medio presenta la ornamentación formada por gruesas molduras lateralmente curvas que dejan un hueco, centralmente separadas por otra aglobada que encima tiene una cruz y en su alto una hoja de trébol, pero abajo en cada lado hay otras que se abren.

Y en la calle Arzobispo Portes número 211 hay una casa de un solo nivel, la cual en su remate presenta un balcón de balaústres normales separado por un alto borde de techo compacto formando una curva, cuyo cuerpo granulado centralmente tiene encima un decorado que lo forma una gruesa moldura vertical que termina en un rombo.