Residentes de Canoa se sienten abandonados por autoridades

Residentes de Canoa se sienten abandonados por autoridades

POR LEONORA RAMÍREZ S.
En la casa de María Rodríguez, una maestra de primaria que tiene cinco hijos y reside en Canoa, Barahona, nada sirve.

Con los cinco mil pesos que cobrará a fin de mes no podrá comprar camas, una estufa, una pequeña lavadora, abanicos, y otros muebles  que componían su modesto ajuar.

Eso no es lo peor. La dura realidad es cómo alimentar a sus hijos cuando las ayudas del gobierno cesen, o cuando el crédito en el colmado llegue a su fin.

Mas su caso no es el único, porque en las mismas condiciones están sus vecinos del barrio Caoba, donde la corriente del río Yaque del Sur inundó y destruyó viviendas, dejando en el desamparo a decenas de personas.

Pero si triste es contemplar las casas inundadas por el lodo que arrastró la tormenta, peor es el estado de ánimo de estas personas que se sienten desamparadas por las autoridades.

Rodríguez entiende que de los distritos municipales de Barahona, Canoa es el más marginado, porque ni siquiera el representante municipal enfrenta la crisis social dejada por la tormenta Noel en esa localidad.

“Nosotros estamos solos” dice esta maestra a quien le embarga otro dolor: que sus compueblanos residentes en el extranjero no se conduelan con las penurias del lugar.

Y le hiere  porque tan fuerte es la migración, sobre todo a Europa, que un barrió de esa comunidad se llama Suiza.

¿No se siente la cooperación de los migrantes?

-Ni se va a sentir, porque aquí cada quien quiere resolver sus problemas, no estamos unidos. Y a lo mejor ellos dirán que no les van a dar su cansancio a nadie, porque en esos países se trabaja muy duro.

UN MIEDO CONSTANTE

El sector Las Caobas está situado prácticamente en la ribera del río Yaque del Sur.

Esa cercanía mantiene a sus habitantes  temerosos, porque ante cualquier aguacero tienen que refugiarse en otros lugares para no ser víctimas de las inundaciones.

Vicente Marte explicó que desde que se anuncia la temporada ciclónica siente la amenaza del río, y aunque tanto él como las 56 familias que habitan allí quieren mudarse, no tienen recursos para ello.

Pocos medios de producción

La agricultura y la pesca son los principales medios de producción de la comunidad de Canoa.

El cultivo de plátanos es la primera fuente de generación de ingresos y de empleo.

Pero la tormenta Noel  destruyó las plantaciones que ya estaban en proceso de cosecha.

En esta comunidad no tienen idea de cómo se restablecerán  económicamente, porque el cultivo de plátanos dura un año y tres meses.

Un apicultor en dificultades

Daniel Rodríguez  se dedica a la apicultura y la agricultura.

Pero la tormenta se llevó 20 colmenas y 70 tareas de plátano que estaba a punto de cosechar. La incertidumbre lo arropa porque nada más le queda.

 “Yo no se qué voy a hacer a partir de ahora. A lo mejor tendré que irme como han hecho los otros.

“Porque aquí se gana muy poco por la falta de trabajo, y aunque se puede echar para delante en el comercio, si tu no tienes un dinerito por ahí qué vas a inventar”.

Mientras Rodríguez relata su rosario de penurias, y las desesperanzas de una comunidad situada en el llamado Sur Profundo, los niños del lugar reinventa juegos como si nada hubiese ocurrido.

Algunos dibujan en el lodo casi seco, otros se distraen en el mismo río que, apropiándose de sus riberas, destruyó sus casas.

Una damnificada

Yanet Mateo tiene 22 años y dos pequeños de cuatro años, y seis meses.

Es una de las damnificadas de Canoa, cuya vivieda se desplomó a la 1:00 de la madrugada del lunes 29 de octubre, durante las primeras horas de la tormenta Noel.

Ella y su familia se salvaron de milagro porque pudo sentir los vaivenes de  la casucha a punto de caerse.

Ahora está refugida   en una  casa en construcción cuyo dueño se la prestó hasta que pueda conseguir otro lugar dónde vivir.

En una cama duermen ella, su esposo y sus dos hijos, donde tienen que guarecerse desde las 6:00 de la tarde para protegerse de las picaduras de mosquitos.

Mientras cocinaba la comida del día, explicaba que su esposo es un jornalero analfabeto que lo único que sabe hacer es labrar la tierra. “pero como no hay producción ahora no se qué hará”.

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