Para los residentes de los barrios Capotillo, Villas Agrícolas y 27 de Febrero del Distrito Nacional, los atropellos que sufren los jóvenes a manos de los agentes son métodos inapropiados de la Policía Nacional, que atentan con la integridad de la sociedad.
Ramón Jiménez, líder comunitario y residente del Capotillo manifestó que la Policía ha convertido los barrios en un escenario de intranquilidad e inseguridad social para los habitantes.
Precisó que los agentes del orden llegan lanzando tiros al aire y apresan con violencia a jóvenes sin importarles su procedencia o nivel social.
Indicó que estos encarcelan a estudiantes, sin realizar las investigaciones pertinentes y los mantienen arrestados más días de los establecidos en el proceso judicial.

“Nuestro sistema de seguridad está en decadencia, nos sentimos inseguros y lo peor es que estamos culpando y agrediendo a personas inocentes, en este caso, a jóvenes estudiantes que son el futuro del país”, expresó Jiménez, con voz fuerte y mirada preocupada.

De igual manera, piensa el profesor Nicolás Domingo Vallejo, al calificar como abusiva e incorrecta las acciones de las autoridades del orden frente a la juventud que habita en los barrios.
Puntualizó que a la hora de integrar nuevos agentes deberían requerir no solo estudios secundarios, sino también superiores, para que de este modo puedan entender y valorar los derechos humanos.

En ese orden, el morador de Villas Agrícolas y comerciante Pedro Féliz explicó que al desmantelar las llamadas redes criminales, se llevan “entre las patas” a personas inocentes.
“El jefe de la Policía debería establecer sanciones para esos agentes que atropellan y violentan los derechos de la juventud”, afirmó.
Agregó que estos tienen que vivir en compenetración con la sociedad, porque nacen de ella y se deben a ella.
Despotismo. Cruel e inhumano, así definió el comportamiento de los oficiales contra los ciudadanos, María Trinidad, habitante de la calle Respaldo, en el sector 27 de Febrero.
Declaró que tanto la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), como la Policía quebrantan el respeto a la intimidad, cuando entran violentamente a hogares, sin ordenes judiciales y apresan a los jóvenes sin motivos.
Un ejemplo palpable es el joven comerciante Miguel Pérez, quien aseguró que fue sacado de su residencia y fichado sin haber cometido ninguna infracción. Hasta la fecha se desconoce la causa del arresto.
“Es desconcertante que entren a tu casa y te saquen esposado, cuando no has hecho nada y sin saber el por qué”, sostuvo.
Acciones injustificadas. Alexis Báez, morador del sector 27 de Febrero, declaró que los agentes del orden despojan de sus motores a los habitantes, aunque estos presenten sus documentos en regla.
Añadió que la Policía no expide una certificación de depuración a los motores que han sido retornados a sus dueños, por tal razón la situación se repite.
“Las injusticias son el pan de cada día, en estos sectores olvidados de la sociedad dominicana”.