Residentes La Barquita viven pendientes al nivel de las aguas del río Ozama

Residentes La Barquita viven pendientes al nivel de las aguas del río Ozama

En el sector La Barquita, en Santo Domingo Este, la gente continúa viviendo con la zozobra de las inundaciones y aunque el agua bajó ayer, los residentes aplican la alerta natural: tener literalmente un ojo en el cielo y el otro en el río Ozama, porque en cuanto llueve con intensidad, vuelven a llenarse sus casas de agua.
Nadie hacía muchas cosas en la mañana de ayer, cuando visitamos la zona. Habían limpiado lo que pudieron para regresar a sus viviendas de madera y zinc viejo.
Había calma. Reorganizaron los trastos que tienen, pero sin olvidar la crecida del río y las nubes negras que cubrían el cielo.
Los que hablaron para este diario insisten en que la única opción es estar pendiente del río, para ante cualquier eventualidad, salir corriendo para donde un vecino o un amigo a refugiarse.
La presidenta de la Junta de Vecinos, Josefina Madé, dijo que todo los años que tienen los moradores recibiendo inundaciones por las aguas del río Ozama, les han enseñado el momento oportuno de cuando deben salir de sus viviendas.
“Nosotros tenemos más de 20 años recibiendo agua aquí, y cuando nosotros sabemos que el agua viene, nos reunimos y hablamos con la comunidad. La gente ya está preparada, cuando ellos ven que el río está subiendo, comienzan a recoger sus trastes y se disponen a salir para donde un amigo, familiar o a los refugios, que es lo último que se utiliza”, manifestó.
Dijo que por la experiencia que tienen los residentes, las inundaciones no los sorprenden, ya que el río les da la señal de aviso, además de que la Defesa Civil constantemente monitorea el nivel del agua.
Josefina Madé explicó que de acuerdo al informe que levante la Defensa Civil, se toma la decisión de avisarle a las personas cuándo deben salir de las viviendas.
“Nosotros les avisamos a la gente que ya deben salir, pero claro, aquí todo el mundo está pendiente de la marea, claro que si”, expresó.
De su lado Dolores Pérez de Jesús, quien tiene 20 años residiendo en el lugar, dijo que la señal de alerta que utilizan en su familia es estar pendiente a las lluvias y a la cañada que cruza frente a su vivienda.
“Desde que empieza a llover mi marido y yo empezamos a recoger. Desde que la cañada se llena y aquellas casas, ya nosotros sabemos que tenemos que irnos.
Explicó que cuando llueve en la madrugada, es casi imposible dormir, porque deben estar pendientes a la cañada y al río, “nosotros casi no dormimos cuando llueve, hay que estar pendiente porque si no nos ahogamos”.
Asimismo, Dulce María Gómez dijo que en las noches de lluvias, en su casa se turnan para estar pendientes por si tienen que abandonarla de emergencia.
“Esto es una zozobra todo los años. En las madrugadas yo tiro los pies de la cama a ver si hay agua”, dijo

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