Residentes La Zurza se resignan
a vivir en permanente amenaza

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POR GERMAN MARTE
Vinda Mercedes tiene 25 años «cogiendo lucha» con el río Isabela. A su casa la inundación penetra cada vez que le da la gana al río y, más aún, en tiempos de lluvia como las que trajo consigo el huracán Jeanne. Antes no le importaba mucho, pero ya se siente vieja, cansada y teme que en cualquier momento el río se la lleve con todo y familia.

Y a pesar de su miedo y de la amenaza del río, doña Vinda no ha tenido más remedio que retornar a su frágil vivienda allá en La Zurza, la misma que tuvo que abandonar hace una semana tras el paso el huracán Jeanne. El miedo, sin embargo, no la deja dormir en el lugar y pasa la noche en casa de unos vecinos, donde le permitieron dejar sus pertenencias hasta que las aguas retornen a su cauce.

Hace una semana, que esta mujer salió de la casa con sus hijos y algunos nietos y se refugió en la escuela Aída Cartagena Portalatín junto a otros 243 damnificados cuyas casas quedaron inundadas por el río a orilla del cual han construido sus casuchas de zinc y hojalatas viejas.

En el refugio, Vinda y sus vecinos se sentían seguros. Hubiesen querido permanecer en el lugar, a pesar de que estaban hacinados en tres aulas. Pero tuvieron que salir porque prácticamente los echaron. El director del plantel les dijo que salieran del lugar porque eran «un estorbo» para impartir clases.

«Imagínese, eso no es de uno. Tuvimos que salir y coger otra vez para acá. Nos da miedo pero tenemos que hacerlo porque no tenemos otro sitio para vivir», expresa doña Vinda, casi voceando, mientras sostiene a uno de sus hijos y a un nietecito que vive con ella.

FUERON ESTAFADOS

Vinda y varios de sus vecinos insisten en que fueron estafados por el anterior gobierno, pues según ellos el proyecto habitacional «Brisas del Isabela» que se construyó en los terrenos que están frente adonde estuvo la cementera se hizo para ellos, pero luego fueron repartidos entre miembros del PPH (Proyecto Presidencial Hipólito). Dijo que diez días después de perder las elecciones, el presidente Hipólito Mejía inauguró el barrio y afirmaron que repartió las viviendas entre seguidores suyos, no entre la gente de La Zurza.

«Ese residencial de La Zurza nos lo prometió Balaguer y después se lo dejó a Leonel. Leonel hizo eso para nosotros los moradores del hoyo de La Zurza y no nos lo dieron. Lo inauguraron como que era para la gente de aquí abajo de La Zurza, y el presidente (Hipólito Mejía) lo que hacía era que nos miraba y se reía. No habló media palabra, nada más habló el presidente de la Junta de Vecinos que fue quien hizo el lío», expresa con indignación Vinda.

Explicó que de los 610 apartamentos del proyecto habitacional 280 eran para los residentes en el hoyo de La Zurza, sin embargo sólo se le entregaron casas a 80 familias de las 260 que residen en la orilla del río.

Su afirmación fue corroborada por sus vecinos, como Viola Díaz, Cecilio Concepción y otros.

LA DELINCUENCIA

Pero no sólo el agua representa un peligro de muerte para las familias que viven en La Zurza. Allí se vive en una zozobra constante por la cantidad de delincuentes que cada noche baja «como Pedro por su casa».

Los ladrones han impuesto su propia ley en La Zurza y amenazan a cualquiera que les llame la atención. Mientras tanto la policía no actúa, según los vecinos, por miedo.

«Ya a las siete de la noche tenemos que estar trancados, por que saben bajar armados y sentimos temor de que violen a los niños. Hay un destacamento allá arriba, pero la policía tiene miedo de bajar», expresó una de las vecinas.

Definitivamente, Vinda y sus vecinos se sienten acorralados por el río, la pobreza, la delincuencia y la indiferencia de las autoridades.

Allí viven -según dicen- agarrados únicamente de Dios y no pierden la esperanza de que un día el presidente Fernández u otro mandatario se conduela de ellos y los ayude a salir de allí, antes de que el río arrase con todo.

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