Acaba de iniciar un año que nos llena de esperanzas, después de haber pasado y sobrevivido al 2020.

Cuando en marzo, abril y mayo estábamos agobiados, temerosos, con terror por lo que acontecía y nos podía acontecer, todo parecía que tendríamos un mundo diferente, solidario, más unido, respetuoso.

Era cuando se reconocía la labor de los sanitarios (médicos, enfermeras, etc.), de los bomberos, los policías y militares, cuando se aplaudía a las 8:00pm.

Cuando se iban amigos y familiares, y no podíamos despedirlos, fue cuando descubrimos una canción y nos unimos en ella. Cientos de artistas la grabaron, todos la cantábamos y sirvió para darnos fuerzas.

Resistiré se convirtió en un himno de esperanza.

La hizo popular en 1988 el Dúo Dinámico, dueto español integrado por Manuel de la Calva (Barcelona, 1937) y Ramón Arcusa (Barcelona, 1936), pero que es de la autoría de Carlos Toro Montoro (Madrid, 1946), reconocido periodista deportivo especialista en atletismo y ciclismo, además de compositor, que por cierto fue coganador de un premio de ensayo deportivo en 1995 de la Revista Don Balón con el libro “Caldera de pasiones”, junto a Miguel Angel Nieto y su ensayo “Negocio redondo”.

En los últimos meses nos hemos olvidado de “Resistiré”, hemos vuelto a nuestras andanzas, a ser inhumanos, ya no tememos al virus, y los médicos siguen luchando con el virus, mientras muchos siguen en fiesta y francachelas, enfrentando a las autoridades.

Por eso nos hemos ganado este nuevo encierro, con más de 173 mil contagiados en el país y 86 millones en el mundo), casi 2,500 muertos (casi dos millones en el mundo).

Recuerdo lo que dijo hace unos meses Ana Belén: “No tengo esperanza con que esto nos vaya a cambiar. Somos tan burros que no sé si saldremos mejores.

La gente que era buena lo seguirá siendo y los imbéciles, hijos de puta e irresponsables, también”.
¡Qué Dios nos proteja!