Dieciocho senadores, diputados, varios funcionarios gubernamentales y cientos de moradores de la provincia Santo Domingo respaldaron ayer el proyecto que dividiría esa jurisdicción, al exponer en una sesión de vistas públicas que más bien parecía una actividad proselitista del oficialismo.

Sin embargo, el Consejo Nacional de Reforma del Estado (CONARE) se opuso a la creación de más provincias y de cualquier otra demarcación que se haga sin tomar en cuenta criterios sólidos que la justifiquen.

Entre otros, expusieron el presidente del Senado, Jesús Vásquez Martínez, Rafael Santos, superintendente de Bancos; Tirso Mejía Ricart, presidente del CONARE, y el senador Tonty Rutinel Domínguez, autor del proyecto.

Santos expresó que la legislación que dividiría la provincia Santo Domingo en tres jurisdicciones de igual categoría política facilitaría la descentralización.

Significó que la división territorial no afectaría el Presupuesto de la nación ni aumentaría la burocracia puesto que, según sostuvo, los mismos recursos que administra la provincia Santo Domingo se repartirían entre las tres demarcaciones atendiendo a su número de habitantes.

El funcionario pidió a los medios de comunicación que no se prejuicien contra la división territorial, aunque señaló que ciertamente hay pueblitos, ninguno de los cuales citó, que no tienen vocación para la división.

Durante las vistas públicas celebradas en el salón de la Asamblea Nacional, Santos dijo que según los datos preliminares del último senso, en la provincia Santo Domingo hay 1.8 millones de personas, lo que equivale a toda la población de 18 provincias actuales.

Mediante un documento, el presidente del CONARE, Mejía Ricart, recordó que la creación de la provincia Santo Domingo en el año 2001 fue fruto de un proceso que duró ocho años.

Expresó que la creación de nuevas provincias no supone mejores servicios públicos porque en realidad estas demarcaciones no tienen las atribuciones ni recursos propios para enfrentar los problemas que afectan al pueblo.

«Sin embargo, los municipios sí las tienen, en calidd de gobiernos locales, autónomos y más cercanos a donde vive la gente, y por ende debemos fortalecerlos», expresó Mejía Ricart.

Advirtió que colocar gobernadores por encima de los ayuntamientos tiende a debilitar esas corporaciones edilicias en lugar de ayudar a la descentralización.

Consideró como «una barbaridad» la conversión en sólo tres días del distrito municipal de Mella en municipio, que sólo tiene, indicó, 2,400 habitantes.

Por su lado, Rutinel Domínguez expresó que la composición socio-económica de la provincia Santo Domingo está fuertemente diferenciada en sus regiones Norte, Este y Oeste.

Agregó que estas regiones están distanciadas una de la otra, lo que favorece la incomunicación y la imposibilidad de integrarse adecuadamente para lograr una identidad propia que le permita diseñar un plan estratégico de desarrollo.

Las exposiciones favorables a la división territorial eran ovacionadas por una multitud que colmó el salón de la Asamblea Nacional.

Conforme al proyecto de Rutinel Domínguez, Santo Domingo sería dividido en las provincias Santo Domingo Norte, Santo Domingo Oeste y Santo Domingo Oriental.