Responsabilidad histórica del PLD

<p data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2006/12/49159506-0B3F-49D6-8FFA-D875E81B6F60.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=317 data-eio-rheight=390><noscript><img
style=

RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
El PLD, organización que la mayoría volvió a entregarle el Poder Ejecutivo tras el desastre del gobierno del PRD, y además por primera vez en sus 33 años de fundada recibió el endoso mayoritario para dirigir las cámaras legislativas y mayoría simple en los municipios, tiene el compromiso ante ese electorado de completar una buena obra de gobierno y mantener la unidad interna para garantizar la continuidad de la estabilidad, el crecimiento económico y el progreso más allá del 2008.

Esta sociedad, que ha colocado todos los huevos en la canasta peledeísta tras el fracaso del partido blanco, aspira de este gobierno cumplir con una agenda que va desde la solución de la crisis energética (en la cual por cierto muy poco se ha avanzado en estos dos años) hasta el abatimiento de los índices de criminalidad, compromiso en la cual son alentadores los resultados de la aplicación de ciertos puntos del Programa de Seguridad Democrática, reduciéndose la tasa de 24 asesinatos por cada cien mil habitantes, nivel imperante en el año 2001, a menos de 15/100,000.

Agenda incluyente de reformas económicas, sociales y políticas capaces de reducir la corrupción, mejorar la transparencia y calidad del gasto, que estimulen una distribución más equitativa de los frutos del crecimiento, disminuyan los pobres extremos y contribuyan a la creación de un Estado moderno cuyas instituciones funcionen y representen el soporte de la seguridad jurídica y el progreso; condiciones fundamentales para ser exitosos en el marco del Dr-Cafta y de arreglos similares en el futuro con la Unión Europea, Taiwán y otras naciones.

Este gobierno ha pasado con notas excelentes el tema macroeconómico, frenando la inflación, estabilizando el tipo de cambio, elevando las Reservas Netas Liquidas del BC de -17.9 millones de dólares a más de mil millones, logrando tasas de crecimiento de dos dígitos a pesar del más grave choque petrolero, elevando la clasificación riesgo-país, reduciendo el “spread” de los bonos soberanos desde 1800 a 197 puntos y manejando con acierto el tema de los certificados del BC en donde se han cumplido las etapas planteadas (reducción de los intereses y extensión de los períodos de vencimiento) faltando el tramo de los aportes fiscales para reducir el déficit-cuasi fiscal e iniciar el desmonte del stock de certificados.

Las mayorías entregaron todo el poder al PLD para que sacara el país de la peor crisis económica en varias décadas e impulsara un programa de reformas para modernizar el país y evitar se repitan crisis capaces de hacer retroceder el ingreso nacional y aumentar el número de pobres extremos Esta administración puede y debe agregar al éxito macroeconómico, realizaciones institucionales y logros en materia de reducir la pobreza extrema para así merecer otro endoso popular en el 2008 y evitar que el caos y el desastre vuelvan por sus fueros a destrozar la estabilidad y hacer retroceder la nación, como lo hicieron en el cuatrienio pasado.

Completar una gestión exitosa y mantener altas cotas de simpatía requiere de la dedicación absoluta de todos los funcionarios, de la unidad partido-gobierno y bajo ningún concepto las aspiraciones legítimas del presidente Leonel Fernández de reelegirse y también las aspiraciones legítimas del licenciado Danilo Medina o del doctor Fernández Mirabal o del licenciado José Tomás Pérez minen la unidad del partido y distraigan los esfuerzos necesarios para concluir programas y metas para el 2007. El PLD no puede, so pena de ser derrotado en mayo del 2008, iniciar una extemporánea carrera por la candidatura presidencial olvidando sus compromisos desde el gobierno de establecer un programa de reformas políticas, como la constitucional, económicas, cumpliendo con las reformas fiscal y financiera contempladas en el programa con el FMI, y, sociales, haciendo transformaciones en el gasto público para mejorar la suerte de los más pobres y distribuir equitativamente el fruto de las altas tasas de crecimiento. Los sectores sensatos del país, los militantes del PLD y los que depositaron su confianza en la organización, observan con preocupación cómo en medio de dificultades para mantener la gobernabilidad y resolver problemas ancestrales asoma el fantasma de la división que puede disminuir la eficacia del gobierno, por vía de consecuencia mermar el caudal de simpatías y trasladarse a una oposición ávida de recomponerse y prestos a reeditar otra alianza rosada con miras a desplazar al partido morado del Poder Ejecutivo.

En las mentes lúcidas de esa organización y muy especialmente en Leonel Fernández y Danilo Medina, sea que lleguen a un acuerdo o decidan correr en buena lid garantizando la unidad al margen de los resultados, descansa la posibilidad de que más allá del 2008 sea preservada la estabilidad y no volvamos a caer en manos inexpertas, carentes de una visión de país, capaces de hacernos retroceder a la hiperinflación y la devaluación monetaria, moral e institucional, como fue llevada esta nación en el período pasado.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas