Responsabilidad municipal

Responsabilidad municipal

Produce alivio el compromiso asumido por el secretario general del Ayuntamiento del Distrito Nacional, Domingo Contreras, de que gestionará ante organismos de seguridad el refuerzo de la seguridad en los cementerios. Es una reacción a propósito del asalto y lesiones de que fuera víctima en el cementerio Cristo Redentor, el contralmirante Ramón Gustavo Betances Hernández, subjefe de la Marina de Guerra.

La inseguridad y descuido en los cementerios es un problema nacional y no solo del Cristo Redentor. Los gobiernos municipales tienen entre sus responsabilidades la vigilancia y limpieza de los camposantos, para evitar sucesos como el ataque a este oficial, robos de objetos y féretros en las tumbas y la permanencia de personas que los utilizan como madrigueras para ocultarse tras cometer fechorías.

Pero no solo se trata de los cementerios. Los ayuntamientos también tienen  que vigilar la limpieza y el ornato, y en algunas de esas obligaciones andamos un tanto descuidados. Cualquiera planta un tarantín en una acera, un área verde o un espacio para disfrute colectivo y ninguna autoridad interviene para evitarlo. Tenemos verdaderos mercados en puntos neurálgicos en los que los ayuntamientos no dejan sentir su autoridad. Valdría la pena enfrentar el problema de manera integral.

Hora de pasar a hechos concretos

Desde que el 12 de enero un terremoto sembró luto y destrucción en Haití, han sido muchas las “cartas de intención” que han emitido gobiernos y organismos internacionales para ayudar a la reconstrucción de ese país. La Cumbre Mundial por el Futuro de Haití “Solidaridad más allá de la Crisis”, a celebrar desde hoy en  Punta Cana, parece la oportunidad más adecuada para ponerle nombre, valor y fecha al inicio de la reconstrucción estructural e institucional de Haití.

La situación en los albergues improvisados en Haití no puede ser más deprimente, pues al hacinamiento y falta de servicios básicos se suma la extrema inseguridad, violaciones, abuso contra mujeres y menores. Prolongar esta situación tiene grandes riesgos sociales y sanitarios. En esta cumbre debe trazarse la ruta a seguir para revertir la amarga realidad. De buenas intenciones se han escrito muchos tomos. Ahora vayamos a los hechos concretos.

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