Responsabilidad política

Responsabilidad política

La responsabilidad suele definirse como la capacidad para aceptar las consecuencias de un acto consciente o voluntario, según el Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas, Sociales y de Economía,  del laureado jurista Víctor De Santo, que también añade el cargo u obligación moral que resulta para uno del posible yerro en cosa o asunto determinado.

El arte de gobernar, el ejercicio político y el hecho democrático de votar, constituyen actos de responsabilidad suprema imputable fundamentalmente, no al rebaño autómata que  sigue al candidato, sino a los forjadores de ideas, asesores y dirigentes de un proyecto presidencial que, en caso de salir airoso, puede conducir a la ingobernabilidad.

Las comparecencias del candidato presidencial Hipólito Mejía han avivado ese temor; han establecido claramente que padece graves trastornos emocionales, serias limitaciones intelectivas para gobernar el próximo cuatrienio, sin arriesgar la estabilidad nacional.

¿Cuál es la responsabilidad de ese núcleo íntimo de intelectuales y dirigentes promotores voluntarios de la candidatura del ex presidente Mejía, en el actual proceso?  Evidentemente, están conscientes de los riesgos a que exponen al país si se salen con las suyas, pero prefieren mentir.

 O, ¿acaso creen que Mejía puede ser controlado mediante mecanismos colegiados desde el poder? No lo pueden controlar en la campaña y pretenden hacerlo desde el Ejecutivo.

Le están vendiendo al país un candidato inestable, que carece de ideas y de aptitudes para gobernar una nación. Ya lo demostró en el pasado, y pretenden repetir la historia.

Mejía no ha superado su lenguaje procaz, su desconocimiento de la problemática nacional; no puede citar siquiera su propio programa de gobierno; no puede mencionar una obra suya, pero en cambio promete desmontar el Poder Judicial  al margen de la ley  y violencia el día de la votación.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas